Invitado por el Instituto Ideario Artiguista, el ex mandatario provincial tuvo su reaparición pública en Concordia. La exposición del ex embajador dejo varios mensajes dirigidos a la interna del oficialismo
De acuerdo a lo que se había anticipado desde el Instituto Ideario Artiguista (IDEART), el ex titular del Poder Ejecutivo provincial estuvo invitado a brindar una charla con el temario “Rescate de artigas como política de Estado” y “Vigencia del ideario y de las luchas artiguistas”.
El anfitrión fue el escritor y militante Francisco Senegaglia, encargado de dar la bienvenida a los presentes en el salón principal de la Colonia de Vacaciones en el Sindicato de Empleados de Comercio en Concordia, hacer una reseña de la gesta artiguista y presentar al invitado de la noche.
De acuerdo a lo que señala el sitio tareafinanoticias.com, lo que se esperaba podía ser un discurso neutro, de alusión exclusiva a la cuestión histórica convocante, terminó siendo un discurso cargado de política y con épica triunfalista de la época el kirchnerismo, que coincidió con los años de su gestión al frente de la provincia.
Urribarri comenzó evocando la crisis de la Resolución 125 y afirmó que fue un contexto donde quedó en soledad ante propios y extraños, si bien rescató “con excepciones”, a la Liga de Intendentes Justicialistas.
Sobre aquel escenario esbozó una elíptica comparación con la realidad actual de la provincia y dijo que “salimos de esa como hay que salir de esta”. Lo que debe interpretarse en una comunicación directa con “el mano a mano, el cara a acara. Hay que salir a la calle y dar la cara. No hay otra manera”, sostuvo.
Aseguró que luego de aquella crisis, el peronismo salió fortalecido en Entre Ríos y recordó las victorias de 2013 y 2015. “Ganamos porque sabíamos que teníamos el mandato de la militancia, y ese mandato era entregarle la banda peronista a otro compañero”, advirtió, sobre el escenario electoral que se abre de cara al 2023.
Causas judiciales y segundo libro en ciernes
Urribarri atribuyó su reciente condena, por delitos contra la administración pública, al costo político de “enfrentarse y tocar intereses”. Según sostuvo, su derrotero judicial es el precio que está pagando por “tocar intereses profundos”. Pero, alegó, “la única manera de construir algo distinto es hablando de la historia y mejorar la realidad y para eso hay que tocar intereses, callos que hay que pisar”, aseguró y anticipó que así se llamará su segundo libro: “Los callos que pisé”.
Seguidamente Urribarri arengó a los presentes a no bajar los brazos y advirtió que “es imposible cambiar la realidad sin incidir, aunque el costo sea escarmentar. Lo que no puede suceder es que esto pase en el peronismo”, subrayó.
Sobre el cierre de su alocución, apuntó que “lo peor es ver algunos dirigentes que bajan los brazos, que bajan la cabeza ante los porteños que vienen sin saber nada de Entre Ríos. Ellos no pueden callarnos”.
