Rescatan a un peón tambero que vivió 20 años en condiciones infrahumanas

Rescatan de la esclavitud a un peón tambero de 32 años con signos de malnutrición, que vivía en una finca santafecina con apenas un catre y un calentador desde hacía 20 años. El propietario del tambo se llama, Fernando Rossi

 

 

El Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) y la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) dieron a conocer un caso de trata por explotación laboral en un tambo de Rufino, localidad del sur de la provincia de Santa Fe.

La víctima es un trabajador de 32 años de nombre Oscar Gamboa que desde hace dos décadas sobrevivía en condiciones inhumanas, con mala alimentación hasta que el 6 de septiembre pasado, denuncia mediante, la finca fue allanada por orden de la Justicia federal. Desde entonces, el trabajador tambero se encuentra en un hotel de Venado Tuerto, donde es asistido por la provincia.

Gamboa comenzó a trabajar en el tambo a los 12 años, donde su padre también trabajó allí hasta su fallecimiento. Tenía a su cargo siete decenas de vacas, no estaba registrado, tenía una jornada de trabajo diario que superaba el máximo de la actividad. No tenía días de descanso ni vacaciones, indicaron desde Uatre.

El propio Oscar Gamboa denunció que el propietario de la finca hizo trabajar a su padre “hasta que se murió”. “Tres meses lo atendieron y le decían que no era nada, pero cuando lo llevaron a Rosario le dijeron que ya era tarde y se murió de cáncer. Andaba con esa bolsita porque no podía orinar y trabajaba igual. Yo quiero que se haga justicia por mi papá”, sostuvo ante medios locales.

Juan Flaherty, de Uatre delegación sur, aseguró que “se le había hecho firmar un contrato abusivo ya que el trabajador es analfabeto, por ejemplo le descontaban gastos de energía y gastos bancarios, pérdida de animales”.

Por su parte, Fernando Rossi, el empresario propietario del tambo, en su descargo aseguró que el peón rural era su “socio” y “no su empleado”.

Al respecto, Oscar Gamboa reconoció: “Sí, yo firmé eso que él dice, pero yo no sé leer ni escribir, apenas escribo algo. Yo firmé y eso es lo que me caga. Pero no sé bien qué era porque ya le digo, no sé leer”, lamentó.

El empleador no le proveía ni la ropa de trabajo ni elementos de protección sanitarios, ni acceso al agua potable, ni comida, según contó Flaherty. En ese marco, el gremialista indicó que la víctima solía alimentarse a base de fideos con leche.

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