“La falta de alimento es responsabilidad de todos”

El objetivo “hambre cero” en el mundo que se propone la FAO y la lucha contra la falta de alimento y el acceso al agua potable, pese a los progresos de las últimas décadas, “sigue siendo un gran desafío”

Lo advirtió hoy el papa Francisco a los participantes en la 41a. conferencia general de la agencia de la ONU Para la alimentación y la agricultura.

Es preciso intervenir sobre las causas que dan origen a la tragedia del hambre en el mundo, explicó el papa, que residen sobre todo en la “falta de compasión”, en el “desinterés de muchos” y en la “escasa voluntad social y política al momento de responder a las obligaciones internacionales”.

“La falta de alimento y de agua no es una cuestión interna y exclusiva de los países más pobres y frágiles, sino que concierne a cada uno de nosotros”, observó Francisco.

“Porque todos, con nuestra actitud, participamos de un modo u otro, favoreciendo o frenando el sufrimiento de muchos de nuestros hermanos. Estamos todos llamados a escuchar el grito desesperado de nuestros hermanos y a adoptar medidas para que puedan vivir viendo respetados sus derechos más fundamentales”, agregó. Es preciso reducir el despilfarro y aumentar la conciencia sobre la propia responsabilidad social -precisó el papa- a través de inversiones de breve y largo plazo de modo que “las jóvenes generaciones pasarán esta antorcha a las futuras, sabiendo que tal drama social no puede ser tolerado más tiempo”.

Existe además, subrayó Francisco, una conexión evidente entre inestabilidad ambiental, inseguridad en el alimento y flujos migratorios.

“El aumento del número de refugiados en el mundo durante los últimos años nos demostró que el problema de un país es el problema de toda la familia humana”, afirmó.

“Por lo tanto -explicó- es necesario promover un desarrollo agrícola en las regiones más vulnerables, reforzando la resiliencia y la sostenibilidad del territorio. Esto se obtendrá solo, por un lado, invirtiendo y desarrollando tecnologías, y por otro ideando políticas innovadoras y solidarias para el desarrollo”.

En este sentido es importante el papel de la FAO y de las organizaciones internacionales, “actores idóneos para coordinar las medidas perentorias e incisivas que garanticen a todos, y en particular a los más pobres, el acceso a los bienes esenciales”.

Al recordar la necesidad de apoyar a estos organismos multilaterales de parte de los gobiernos, los particulares y la sociedad civil, el papa indicó también el compromiso de la Santa Sede para cooperar con la FAO, “apoyando el esfuerzo internacional hacia la eliminación del hambre en el mundo y garantizando un futuro mejor para nuestro planeta y toda la humanidad”.

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