Sin margen para la cuarentena dura, las provincias buscan limitar los horarios

La explosión de casos continúa en el interior del país y los gobernadores buscan cortar toda actividad nocturna

 

 

Con una curva de contagios en constante aumento y sin margen político para apretar el botón rojo y volver a la cuarentena dura, los gobernadores del interior del país ahora apuestan a limitar los horarios de circulación.

Este lunes el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, anunció que el tránsito vehicular quedará restringido de 8 a 18 horas de lunes a viernes en las ciudades donde hay circulación comunitaria de coronavirus. Los vehículos que circulen sin habilitación fuera de ese horario serán retenidos y sus conductores multados, además de quitarles el carnet de conducir.

Neuquén se suma así a otras provincias que apuestan a la restricción horaria como Santa Fe, que este domingo por primera vez superó a la Ciudad de Buenos Aires en cantidad de casos, y Tucumán que también prohibió la circulación nocturna. Lo curioso del caso tucumano es que el gobernador Juan Manzur dispuso desde este lunes la reapertura de bares, restaurantes y gimnasios, justo en el peor momento de la pandemia.

“Necesitamos bajar la circulación de personas lo más posible dentro del desarrollo normal de las actividades. Lo que buscamos con la restricción de circulación desde el Gobierno es desalentar las reuniones sociales, las fiestas clandestinas, las reuniones que aglomeran personas y que pese a que había prohibiciones se seguían realizando”, argumentó la ministra de Gobierno tucumana, Carolina Vargas Aignasse.

Las restricciones nocturnas se repiten en provincias como Catamarca y muchas ciudades, la última de ellas Río Cuarto. Justamente el objetivo principal de esta medida es evitar las reuniones sociales, ya que no cambian nada en lo que refiere en la aglomeración en comercios o lugares públicos.

Esta alternativa es una manera de admitir por parte de los gobernadores la imposibilidad de hacer cumplir una cuarentena dura como la que se aplicó meses atrás y se apuesta básicamente a evitar las reuniones sociales y fiestas clandestinas, que los expertos coinciden en que es el principal lugar de transmisión del virus.

El punto problemático de restringir la circulación nocturna es que complica seriamente la actividad de bares y restaurantes, uno de los sectores más golpeados por la cuarentena. Se trata además del sector que empujó las últimas protestas contra la imposición de mayores restricciones en distintas ciudades.

La semana pasada, el ministro de Salud, Ginés González García se comunicó con algunos gobernadores y los consultó sobre la posibilidad de imponer una cuarentena más dura. El funcionario escuchó la misma respuesta de todos: no hay margen para apretar el botón rojo.

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