Barrio Rojo de Ámsterdam: las prostitutas se resisten a la mudanza de este icónico lugar

La alcaldesa Femke Halsema busca “frenar la criminalidad y la trata de seres humanos”

Desde que la primera alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, prometiera erradicar el desorden y la inseguridad en el icónico Barrio Rojo, la actividad no cesó en estas pequeñas calles visitadas por los clientes regulares y por millones de turistas del planeta. Para mejorar las condiciones de las prostitutas, la funcionaria planea mudar estos famosos escaparates y burdeles a otro barrio de la ciudad, lejos de su epicentro.

“Nuestro estudio hecho entre 170 trabajadoras del sexo que ejercen detrás de los escaparates mostró claramente que el 93% de ellas no quiere alejarse del Barrio Rojo”, aseguró Felicia Anna, presidenta del sindicato Red Light United, a la agencia AFP. “Situado en pleno centro, cerca de una iglesia y a dos pasos de la estación central, el distrito De Wallen es una de las mayores atracciones turísticas de Ámsterdam, ciudad de 850 mil habitantes que acogió el año pasado a 18 millones de visitantes”, agregó.

“El Barrio Rojo en cambio está lejos de ser una postal: la zona, presa del aumento de la criminalidad local y de turistas en busca de fiesta, era llamada por la Policía el kilómetro cuadrado de la miseria”, destacó Anna. Por este motivo, la alcaldesa ecologista presentó cuatro proyectos para “frenar la criminalidad y la trata de seres humanos” y “hacer la vida más agradable para los habitantes del barrio”.

“La prostitución es una enfermedad de la humanidad”, enfatizó, por su parte, el papa Francisco en el prefacio de un libro donde se refiere a “un vicio repugnante” que rebaja a las mujeres a esclavas. “Cualquier forma de prostitución es una reducción a la esclavitud, un acto criminal, un vicio repugnante que confunde hacer el amor con desahogar los propios instintos torturando a una mujer sin defensa”, dice el fragmento del texto que fue publicado este lunes en el diario La Repubblica.

“Una persona nunca puede ser puesta a la venta“, denunció el Sumo Pontífice en el prólogo de un escrito del padre Aldo Buonaiuto, sacerdote de la Comunidad Papa Juan XXIII. “Nadie debe mirar hacia otro lado o lavarse las manos de la sangre inocente vertida en las calles del mundo. Es una enfermedad de la humanidad, un modo equivocado de pensar de la sociedad. Liberar a estos pobres esclavos es un gesto de misericordia y un deber para todos los hombres de buena voluntad. Su grito de dolor no puede dejar indiferente a los individuos ni a las instituciones”, alertó el Santo Padre.

En otro orden de cosas, Matteo Bruni, coordinador de prensa de los viajes papales, fue designado hace unos días como el nuevo portavoz de Francisco, según dio a conocer el Vaticano. “El angloitaliano Matteo Bruni, de 42 años, cercano a la Comunidad de San Egidio, reemplaza al director interino de la Sala de Prensa vaticana, Alessandro Gisotti“, detalló la Santa Sede a través de un comunicado oficial.

“Es evidente que con esta decisión se quiere valorizar los recursos internos. La Sala de Prensa es una estructura no muy grande, pero sí muy compleja, con muchas funciones, articuladas y no todas evidentes”, resaltó Bruni a la agencia exclusiva de la entidad religiosa, Vatican News. Además, el nuevo vocero es respetado por gran parte de la prensa que cubre la noticias del Vaticano por su equilibrio y experiencia.

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