El Vaticano explicó por qué el papa Francisco no se deja besar el anillo

El vocero papal, Alessandro Gisotti, contó a los periodistas acreditados en la Santa Sede las razones del Pontífice

El Papa Francisco no se dejó besar el anillo por higiene para evitar contagiar gérmenes. Esa es la explicación que dio el Vaticano tras el video que se viralizó en las redes el martes pasado, generando polémica.

Ocurrió tras un oficio que Bergoglio celebró en el santuario de Loreto, en Italia. Allí, mientras saluda a los fieles, una filmación dejó en evidencia su actitud de evitar una y otra vez que la gente le besara el anillo. El gesto repetido de retirar bruscamente la mano fue muy comentado y dio lugar a opiniones encontradas.

El director de la oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, aclaró que el Papa no se dejó besar el anillo por una cuestión “de higiene” para “que (quienes lo saludaban) no se contagiaran con los gérmenes” que le dejaban en la mano.

“El Papa estaba preocupado por la higiene y por contagiar los gérmenes entre la gente que hacía la fila para besarlo en el mismo sitio. El Papa me dijo que le gusta abrazar y ser abrazado y estar cerca de la gente pero temía que todos se enfermasen”, aclaró Gisotti ante preguntas de los periodistas.

Según Gisotti, el Papa le explicó que cuando hay un grupo de gente muy numeroso al que tiene que saludar en un mismo lugar prefiere por precaución que no besen el anillo papal para evitar la difusión de gérmenes.

De hecho, el portavoz vaticano hizo notar que en muchas ocasiones los fieles han besado el anillo del Papa, como lo hizo este miércoles la monja María Concetta Esu, de 85 años, misionera en África desde hace casi 60 años, cuando Francisco la presentó a los fieles en la audiencia general semanal. A su vez, el santo padre besó a la monja en cada mejilla.

La polémica quedó instalada

Para los más críticos del pontificado, que aprovechan todo gesto para atacarlo, es una prueba más de que Francisco no ama a la gente.

Para otros, menos críticos, como la revista Vida Nueva, Francisco quiso mostrar que no ama las formalidades y que quiere ser tratado como un simple religioso más, sin ostentación.

Las demostraciones de modestia de Francisco son conocidas desde el inicio del pontificado en 2013 cuando decidió cargar una modesta cruz de metal en vez de oro, o vivir en una residencia de 50 metros cuadrados dentro del Vaticano y dejar los suntuosos apartamentos de sus predecesores.

Lo cierto es que al Papa argentino le gusta el contacto directo con los fieles, aprieta cientos de manos cada semana, se deja abrazar, tomar selfies, suele conversar con las personas. Y hasta ha aceptado mates del público que lo vista en San Pedro.

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