Advertencias por el retraso que habría en la suba de las jubilaciones

El cambio en la fórmula de movilidad de los haberes es un punto central del proyecto de ley previsional que fue aprobada anoche en el Senado. Y la forma en que se prevé pasar del sistema vigente al que se propone tiene sus cuestionamientos

 

 

 

 

Según el proyecto, los ajustes pasarían de ser semestrales a trimestrales y se otorgarían en los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año. La fórmula de cálculo propuesta implica sumar el 70% de la inflación acumulada en el trimestre tomado como referencia para cada caso y el 30% de la variación que hayan tenido los salarios según el Índice de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), publicado por el Ministerio de Trabajo.

 

 

¿Qué pasará con el primer aumento bajo el nuevo esquema?

El texto describe que sería en marzo de 2018 y que, para definir el porcentaje, se tomaría como período de referencia el trimestre de julio a septiembre de 2017. Como los datos de las variables que integran la fórmula ya están publicados, se sabe que la recomposición sería de 5,7%. Y para la suba de junio se proyecta considerar lo ocurrido en el trimestre actual. A su vez, cada uno de los dos primeros trimestres de 2018 sería la referencia para los ajustes de septiembre y de diciembre.

 

Una objeción que se hace es que, en la transición, se estaría dejando pasar un semestre antes del primer aumento, en el inicio de un sistema que prevé ajustes trimestrales. Y siempre las subas llegarían recién en el sexto mes posterior al cierre del período de referencia. En el Gobierno argumentan que no se deja de considerar ningún trimestre, porque el último incremento, el de septiembre pasado, respondió a lo que había ocurrido con las variables incluidas en la fórmula actual hasta junio de este año. Y entonces, sostienen, lo lógico sería comenzar a aplicar la nueva modalidad a partir de lo sucedido en julio.

 

Para abogados previsionalistas consultados, debería preverse un mecanismo para evitar el rezago incluido en el proyecto. Según Adrián Tróccoli, una solución sería arrancar en marzo acumulando el resultado que dé la fórmula para los dos últimos trimestres de este año y luego, para junio, tomar como período de referencia el trimestre de enero a marzo. También se adelantaría la referencia (respecto del proyecto) para las subas siguientes: se consideraría el segundo trimestre para ajustar los haberes en el mes de septiembre y el tercer trimestre para la corrección de diciembre. Se lograría, así, que la suba nominal de haberes otorgada dentro del año 2018 sea de alrededor de un 5% superior a la que prevé la iniciativa (que trasladaría una parte a 2019).

 

“Creo que sería interesante aplicar un mecanismo de transición entre ambos sistemas que garantice la proporcionalidad entre los haberes y la variación del índice de precios y los salarios”, apunta el consultor Jorge García Rapp. Y sostiene que para el primer aumento debería tomarse el período transcurrido por la norma vigente hasta ahora. Sin embargo, advierte que, por la necesidad de la efectividad de la medida para las cuentas públicas, “seguramente se aplicará lo que genere más ahorro”.

 

En la opinión del abogado Federico Despoulis Netri, no sólo son discutibles los tiempos en que se darán los aumentos, sobre todo en el inicio. “El problema en sí es el corto tiempo de trabajo para esta modificación y la falta de especialistas en el armado del proyecto”, afirma. Y agrega: “Si bien la frecuencia para dar la movilidad sería trimestral y no semestral como hasta ahora, está todavía en discusión si el cálculo es beneficioso y si cumple con lo establecido por la Constitución nacional, o si solamente es un parche para arreglar las cuentas del sistema”.

 

Una observación que hace Tróccoli es que, antes de dar inicio a un nuevo sistema, debería compensarse a los jubilados por la pérdida de poder adquisitivo que tuvieron en 2016, cuando la inflación fue de más de 40% y los ajustes por movilidad acumularon un 31,7%. Este año, con un incremento de los precios que se estima entre 22 y 23%, la mejora de los haberes es de 28%; así, la recuperación fue parcial.

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