Desde la irrupción de las aplicaciones de entregas a domicilio en la Argentina, crece la cantidad de personas que trabajan ellas, algunas como complemento de otra labor y otras de forma exclusiva. Sin embargo, los trabajadores no poseen derechos y están librados a una extrema precarización
La aparición de empresas tecnológicas de entregas a domicilio generó un fuerte cambio en la lógica del empleo argentino. El apogeo del “emprendedurismo”, la posibilidad de “manejar sus propios horarios” y la necesidad de ingresos adicionales producto de la pérdida del poder adquisitivo provocaron que actualmente miles de personas se vuelquen a trabajar en apps que prestan estos servicios, ya sea como ocupación fija o complemento de su labor principal. Nobleza obliga, el salario por este tipo de empleos supera puede superar al de un sueldo formal, pero con extrema precarización -no poseen acceso a licencias, cobertura ante accidentes ni espacios de descanso- y autoexplotación.
El 90% de los trabajadores de aplicaciones trabaja part-time, mientras que el 10% solo lo hace por tiempo completo, según el informe “Nuevas Modalidades Laborales en la Economía Digital” realizado por el BID junto a WorkerTech y Civic House de 2024. Los repartidores eventuales (hasta 80 órdenes mensuales) aumentaron, representando el 67-68% en 2023, mientras que los que realizan hasta 40 órdenes mensuales crecieron del 47% al 53-54%.
Informalidad y precarización
Según precisaron fuentes del sector, la aplicación de delivery Rappi pide la registración en monotributo dentro de sus requisitos para ingresar a trabajar, pero no les exige una factura para la entrega de los honorarios. En cambio, PedidosYa exige la facturación para entregarles el pago.
En ese contexto, la informalidad laboral está en máximos de la serie -que arrancó en el cuarto trimestre de 2023- y alcanza al 43,2% de los trabajadores en el segundo trimestre del año, según datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC. Esto implica que 5,527 millones de personas no poseen derechos laborales.
Informalidad laboral
Según explicó a este medio Gonzalo Ottaviano, secretario gremial de la Asociación Sindical de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (ASiMM), hasta la irrupción de Glovo y Rappi en 2018, la única empresa de entregas era PedidosYa, que tenía a 2.500 trabajadores bajo el Convenio Colectivo de Trabajo N°722/15. Luego de la llegada de las demás apps, esta empresa viró su forma de emplear, despidió a los trabajadores en relación de dependencia hasta que quedaron 300 puestos de trabajo formal con derechos, que con el tiempo se redujeron a 50 empleados bajo este convenio.
Actualmente, los trabajadores en relación de dependencia ganan en promedio $1,2 millones aproximadamente por una jornada de 8 horas más el gasto de combustible, según precisó Ottaviano, y los que no poseen derechos ganan un salario similar.
“Argentina es uno de los países más atrasados de la región en cuanto a la regulación del empleo en apps”, enfatizó Mariana Fernández Massi, investigadora del CONICET, quien destacó que la última legislación vigente y más novedosa es la de México, que aún está en fase de prueba tras ser aprobada por el Poder Legislativo y obliga a las plataformas a afiliar a sus trabajadores al Seguro Social, asegurarlos contra riesgos laborales y darles protecciones como la transparencia algorítmica, además de prohibir bloqueos arbitrarios y cobros indebidos.
Reclamos de los trabajadores
Entre los principales reclamos de los trabajadores se destacan, según comentó Ottaviano, la baja de demanda laboral, la aparición de mayor cantidad de repartidores y la falta de espacios de descanso.
Tal como lo advierte el informe Nuevas Modalidades Laborales en la Economía Digital, la mayor cantidad de repartidores trabaja de forma part-time. Incluso, con la fuerte caída del poder adquisitivo, cada vez más personas que tienen un trabajo formal pasan a generar mayores ingresos con algunas horas de trabajo en aplicaciones -lo que coloquialmente se denominaría una “changa”.
Incluso, existe un “atraso tarifario”, según coincidieron Ottaviano y Fernández Massi. Esto se da ante la baja de la demanda de pedidos, en línea con el consumo general, y el aumento de la cantidad de repartidores por la necesidad de ingresos adicionales en las familias. Por eso, la demanda principal en este tipo de empleos continúa siendo “previsibilidad” y “estabilidad”.
Ottaviano añadió que dentro de las demandas de los trabajadores también se incluye la posibilidad de un índice de actualización salarial, ya que actualmente se da de facto por decisión de las empresas.
“Respecto a los lugares de descanso, hoy no existen. Nos pasó hace poco que un gerente de una cadena de comidas rápidas pidió a unos repartidores retirarse del salón y amenazó con tomarles el ID y hablar con la empresa empleadora para que los bloquee. La persona alegaba que utilizaban las terminales para cargar el celular, se sentaban en las mesas y utilizaban los baños”, confesó Ottaviano.
De este tipo de reclamos surge la necesidad de regular el trabajo en plataformas. “Las empresas hacen creer a los repartidores que son socios de PedidosYa, que cotiza en la Bolsa de Frankfurt. ¿Quién va a creer que un repartidor es socio de una empresa que cotiza en una bolsa europea?”, apuntó Ottaviano.
Boom de aplicaciones de delivery: ¿cuántos pedidos necesitan completar para alcanzar una canasta básica?
Desde la Fundación Encuentro se definió el coeficiente de Alcance del Pedido Promedio (APP), que relaciona el valor que cobra un repartidor por un pedido promedio -sin incluir propinas- en plataformas con la canasta básica de un hogar tipo (de cuatro integrantes) y cuántos repartos debe realizar para alcanzar distintos niveles de subsistencia, según los umbrales oficiales (INDEC, Consejo del Salario, AFIP, DGEC).
En septiembre el pedido promedio, según la información brindada por Rappi y PedidosYa, fue de $2.553,60, aunque Ottaviano reclamó que esto es para un trabajador “ejemplar” que cumple con los diferentes objetivos que pide la app para otorgar pagos adicionales.
Cantidad de pedidos mensuales que debieron realizar durante septiembre:
- Para sostener un hogar tipo (de cuatro integrantes), un repartidor debió completar 461 pedidos.
- El pedido promedio fue de $2.553,6, tomando el promedio entre Rappi ($2.393,4) y PedidosYa ($2.713,8).
- Para alcanzar el ingreso promedio individual de la Argentina al 2° trimestre de 2025, un repartidor debió completar 344 pedidos.
- Para sostener un hogar individual (sin contar alquiler), debió hacer 149 pedidos.
- Para cubrir solo su alimentación (canasta alimentaria), 67 pedidos.
- Para criar un hijo (canasta de crianza), 190 pedidos.
- Para alcanzar un alquiler promedio en CABA, 271 pedidos.
- Para llegar a un Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM), necesitó hacer 126 pedidos.
- Para llenar un tanque de nafta, 2 pedidos.
- Para pagar el Monotributo, 15 pedidos.
