El Tribunal Oral Federal N°7 inicia el debate oral por la causa Cuadernos, un expediente cargado de irregularidades y con jueces señalados por su proximidad al macrismo. Cristina Fernández de Kirchner vuelve a ser el eje del proceso que analizará más de 500 hechos de presunta corrupción
Casi siete años después, este jueves a partir de las 9:30 se dará apertura formal al juicio oral por la causa denominada Cuadernos. El Tribunal Oral Federal N°7 convocó a una audiencia para esta mañana durante la cual los jueces darán inicio a uno de los procesos más mediáticos contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, exfuncionarios de su gestión y empresarios de la obra pública.
La investigación, basada en los escritos de Óscar Centeno, exchofer del funcionario Roberto Baratta, se convirtió desde 2018 en uno de los emblemas judiciales de la era macrista. El expediente, iniciado en ese año y que se mantuvo bajo la órbita del fallecido juez Claudio Bonadío, apunta a exfuncionarios y empresarios por presuntos pagos ilegales entre 2003 y 2015.
El proceso se desarrollará de forma virtual y será transmitido por el canal de YouTube del Poder Judicial. Según dispuso el tribunal, habrá una audiencia semanal hasta marzo del próximo año. La primera jornada estará dedicada a la lectura de la elevación a juicio formulada por el fiscal Carlos Stornelli, y se estima que demandará al menos dos días de exposición antes de continuar con los expedientes conexos.
El tribunal está integrado por Fernando Canero, Enrique Méndez Signori y Germán Castelli, este último designado sin concurso durante el gobierno de Mauricio Macri. Castelli y sus colegas apartaron a la jueza suplente Gabriela López Iñiguez, quien había cuestionado en otro fallo el rol de Stornelli en maniobras irregulares. En su lugar fue sorteado Néstor Costabel, un magistrado identificado con decisiones favorables al macrismo.
Las pruebas centrales de la causa se sostendrían, según dejó trascender el periodista Raúl Kollmann, en cuadernos cuya autenticidad fue objetada por pericias que determinaron la existencia de más de una caligrafía y numerosas alteraciones. A ello se suman las declaraciones de empresarios “arrepentidos”, quienes habrían sido presionados para involucrar a Cristina Kirchner, sin que sus testimonios fueran registrados de manera audiovisual, como exige la ley. Los jueces resolvieron que esas declaraciones se incorporarán por lectura, lo que impide el control directo de las defensas.
El juicio abarca más de 500 hechos de presunta corrupción vinculados a sobornos, lavado de dinero y cartelización de la obra pública. Sin embargo, ni a la líder política, ni a Julio De Vido ni a Roberto Baratta se les detectaron bienes no declarados o cuentas en el exterior. Los únicos hallazgos patrimoniales relevantes, siguiendo los registros judiciales, pertenecen a Daniel Muñoz, exsecretario de Néstor Kirchner, fallecido en 2016.
En palabras de la defensa, este nuevo juicio reedita “maniobras judiciales” que, según sostienen, buscan mantener a Cristina Fernández de Kirchner en el centro de la escena judicial, como lo estuvo a mediados de este año cuando la Corte Suprema la condenó a seis años de prisión domiciliaria e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que le impidió postularse para las elecciones legislativas bonaerenses.
