Una encuesta universitaria mostró un panorama durísimo: recortes, hambre y trabajos alternativos
Una encuesta realizada por la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) reveló un dato tan crudo como preocupante: uno de cada cinco docentes universitarios debe trabajar en plataformas como Uber, Rappi o en la venta directa de productos como Avon para poder cubrir sus gastos básicos.
El estudio, elaborado por la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNAJ (ADEIUNAJ), pone en números una realidad que crece puertas adentro de las universidades: el 19% de los profesores tiene trabajos ajenos a su formación profesional.
Pero eso no es todo. El informe también muestra que el 20% de los docentes dice haber empeorado su alimentación, y que un 6% directamente se está salteando comidas.
Abandono de cargos, menos posgrados y formación detenida
Según el relevamiento, la pérdida del poder adquisitivo de los docentes alcanzó el 50% desde diciembre de 2023. Frente a esa situación, muchos pidieron licencias o renunciaron a sus cargos, buscando alternativas laborales que les permitan sobrevivir en un contexto de ajuste económico generalizado.
Otro dato alarmante: uno de cada cuatro encuestados dejó cursos de formación profesional por falta de tiempo o dinero. Esto representa no solo una pérdida individual, sino un freno directo a la calidad académica del sistema universitario.
“La pobreza del tiempo se viene profundizando desde la pandemia y llegó a un punto crítico porque el salario ya no alcanza para nada”, explicó Clara Chevallier, secretaria general de ADEIUNAJ y candidata a conducir la CONADU por el Frente 23 de Abril.
Chevallier destacó que un 70% de los docentes tuvo que recortar su formación de posgrado porque no puede costearla: “Eso significa un ataque directo a la excelencia universitaria”, subrayó.
La vida fuera del aula también se resiente
Los resultados del relevamiento no solo impactan en el ámbito académico, sino también en la vida personal de los docentes.
El 57% abandonó actividades deportivas o recreativas por falta de tiempo o dinero.
El 48% redujo su participación en actividades culturales.
En solo un año, la UNAJ perdió al 10% de sus docentes.
El estudio fue respondido por 600 de los 1600 docentes con algún tipo de dedicación en la universidad ubicada en Florencio Varela, y muestra un deterioro sostenido en las condiciones laborales y personales del cuerpo académico.
Trabajo informal, recortes y alimentación: los datos que duelen
La encuesta pone en blanco sobre negro el profundo deterioro social que atraviesa a quienes, hasta hace poco, eran considerados parte de la clase media profesional. Hoy, muchos deben elegir entre dar clases, trabajar en una app, o dejar de comer una vez al día.
La situación, según los propios protagonistas, no se vivía con esta intensidad desde la crisis de 2001.