Si bien tienen tiempo hasta diciembre de revertir la decisión, desde la Casa Rosada afirmaron en las últimas horas que desistirán de pasar los partidos de la Selección por aire. Dijeron que es por una razón económica: “No vamos a gastar siete millones de dólares en fútbol”
En medio de la investigación por los audios de las coimas en la Andis, el dólar subiendo, el Congreso apretando y las casi cien muertes por fentanilo, el Gobierno avanzó con otro tema antipopular, bastante alejado de la casta: la TV Pública no transmitirá el Mundial 2026, por primera vez desde 1974.
La decisión marca un quiebre histórico: en los últimos 52 años el canal estatal transmitió, de manera total o parcial, cada edición del certamen. La última vez que la TV Pública no tuvo participación fue en México 1970, cuando las imágenes llegaron a través de un medio privado.
Según lo expresado desde la Casa Rosada, lo referido al Mundial 2026 de Canadá, Estados Unidos y México, se trata de una determinación económica. “No vamos a gastar siete millones de dólares en fútbol”, señalaron fuentes del Ejecutivo, en alusión al costo de adquisición de los derechos de transmisión.
Aunque existe plazo hasta diciembre para reconsiderar, todo indica que (al menos por ahora, excepto que la opinión pública haga torcer la decisión) la determinación está tomada.
Pero ni siquiera económicamente se puede explicar la decisión: en la última edición de Qatar 2022, la inversión había sido de más de U$S 10 millones, aunque se recuperó con ingresos publicitarios cercanos a los U$S 12 millones.
La tendencia ya venía con antecedentes cercanos: en septiembre de 2024, la emisora estatal no transmitió el partido de Eliminatorias entre Argentina y Chile al no llegar a un acuerdo con TyC y Telefe.
Desde Alemania 1974, la Televisión Pública transmitió de manera total o parcial cada Copa del Mundo. En 1998, por cuestiones de licencias, solo algunas provincias recibieron la señal. Y en Qatar 2022, el canal estatal compartió la pantalla con canales privados.
Con la decisión actual difundida por la Casa Rosada, se rompe una tradición de más de medio siglo que garantizaba acceso gratuito al mayor espectáculo deportivo del planeta. Y, en este caso, con la selección nacional que jugará siendo campeona del mundo.