Especialistas recomiendan vacunarse en invierno contra el dengue para lograr inmunización completa antes del verano

La vacunación demostró reducir un 84 por ciento en las hospitalizaciones por dengue y disminuir un 61% los casos de dengue sintomático

 

 

El dengue dejó de ser una enfermedad exclusiva de las zonas tropicales o estacionales. En la Argentina, el virus ha encontrado un terreno fértil para su expansión y los brotes se repiten con mayor intensidad, expansión territorial y frecuencia. En esta coyuntura, los especialistas insisten en la importancia de iniciar en invierno el esquema de vacunación con la vacuna tetravalente contra el dengue, una estrategia clave para alcanzar la inmunización completa antes de la llegada del verano y así reducir el riesgo de enfermedad grave o internación durante la temporada estival, la de mayor circulación del virus.

“El invierno es el momento ideal para iniciar el esquema de vacunación. Aquellos que reciban la primera dosis en estas semanas y la segunda 90 días después, durante la primavera, llegarán a la temporada estival -que es cuando comienzan a aumentar los casos de dengue si se produce un nuevo brote-, con la protección completa que brinda la vacuna”, afirmó el Dr. Pablo Bonvehí , jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC, integrante del Depto. Científico de la Fundación Vacunar y miembro del Comité de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Por su parte, la Dra. Florencia Cahn , médica infectóloga, directora de vacunas de la Fundación Huésped y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), advirtió que “muchas personas creen que la segunda dosis de la vacuna funciona como un refuerzo, pero no es así. El esquema completo requiere dos dosis. Con una sola, la protección a largo plazo es incompleta. Es fundamental aplicar la segunda dosis en el tiempo indicado para lograr el nivel de inmunidad que reduce significativamente los casos sintomáticos y las hospitalizaciones”.

La infección por dengue puede cursar de forma asintomática o leve, especialmente en el primer contagio. Sin embargo, el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad se incrementa con una segunda infección, sobre todo si esta ocurre con un serotipo diferente al primero y la persona no está vacunada.

“Sabemos que luego de una primera infección, se logra la protección permanente contra ese serotipo, mientras que es transitoria contra los otros tres. En una segunda infección por dengue, la presencia de un serotipo diferente al de la primera vez aumenta significativamente el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, que pueden llegar a ser potencialmente mortales. Sin embargo, existe también la posibilidad de que ante una primera infección se puedan producir casos graves. Estas son las razones fundamentales por las que vacunarse es tan importante, incluso para quienes ya tuvieron dengue”, explicó la Dra. Analía Urueña, médica infectóloga, Directora del Centro de Estudios para la Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles de la Universidad Isalud.

 

Cómo es la vacuna contra el dengue

La vacuna tetravalente contra el dengue se basa en un virus atenuado derivado del serotipo DENV-2, modificado genéticamente para ofrecer inmunidad cruzada contra los otros tres serotipos. Su seguridad y eficacia están respaldadas por un robusto programa de evaluación que incluyó 20 estudios clínicos englobados en la mega investigación TIDES, de la que participaron más de 20.000 personas durante 4,5 años en ocho países endémicos de América Latina y Asia.

Los resultados del TIDES mostraron una reducción del 84% en las hospitalizaciones por dengue y una disminución del 61% en los casos de dengue sintomático en la población vacunada. Estos beneficios se observaron tanto en personas que ya habían tenido dengue como en aquellas sin antecedentes previos de infección.

“Estamos hablando de una vacuna que, con dos dosis, reduce significativamente la probabilidad de cursar un cuadro clínico que requiera internación. Es un avance muy importante en salud pública y una herramienta muy importante en la estrategia integral para la prevención de esta enfermedad”, subrayó Bonvehí.

La vacuna está disponible desde noviembre de 2023. Algunas provincias han adquirido partidas para vacunar a determinadas poblaciones de mayor riesgo. En el ámbito privado, se puede conseguir en vacunatorios privados, farmacias y en las principales droguerías del país. Su precio es similar o incluso inferior al de otras vacunas modernas; además, más de 50 obras sociales y prepagas ofrecen cobertura parcial o total, y algunos centros vacunatorios y farmacias ofrecen adicionalmente descuentos por pago en efectivo y/o cuotas sin interés.

En nuestro país la vacuna está registrada a partir de los 4 años de edad. Aquellas poblaciones que tienen contraindicada la vacunación son las mujeres embarazadas o en período de lactancia y las personas con inmunodeficiencias adquiridas o congénitas. En todos los casos, es imprescindible consultar con un médico de confianza antes de iniciar el esquema y presentar la prescripción médica para la administración de ambas dosis de la vacuna.

 

La importancia de la vacuna contra el dengue

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud coinciden en que la vacunación debe formar parte de una estrategia integral de control del dengue, que incluya también la eliminación de criaderos de mosquitos, la educación comunitaria, el monitoreo ambiental y la atención clínica oportuna . A nivel global, se estima que aproximadamente la mitad de la población mundial está actualmente en riesgo de contraer dengue y que se producen entre 100 y 400 millones de infecciones cada año.

La infección por dengue presenta un espectro clínico que va desde cuadros asintomáticos hasta formas graves con riesgo de muerte. Su comportamiento epidemiológico es impredecible y depende de múltiples factores: clima, presencia del vector, movilidad humana y prevalencia de serotipos, entre otros.

Desde el año 2010 se evidencia en la Argentina una notable disminución en los intervalos interepidémicos, tendencia que se ha acentuado en los últimos cinco años . Particularmente se observa que, desde la reemergencia del dengue en 1998, los años 2023 y 2024 han sido escenario de dos epidemias de magnitud sin precedentes, concentrando el 83% del total de casos históricos registrados en el país hasta el momento.

En los últimos cinco años, se registró un incremento sostenido en el número de casos de dengue, con la aparición de brotes en departamentos sin antecedentes de transmisión. A partir de 2023, se constató la persistencia de la circulación viral durante la temporada invernal en la región del NEA y un inicio más temprano de los casos en el calendario, evidenciando un cambio en la temporalidad.

 

Dengue: la situación en Argentina

En la temporada 2024-2025 (semana epidemiológica 31/2024 hasta la semana 52/2024), se notificaron en Argentina 20.296 casos sospechosos de dengue en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud. Incluso, de los casos confirmados, el 93% fueron autóctonos, sin antecedentes de viajes a zonas endémicas, mientras que el restante 7% fue importado de otros países, a partir de viajes a Brasil, Cuba, México, Maldivas, Tailandia, India y Perú.

Históricamente, las provincias del NOA (Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Tucumán) y, en menor medida, las del NEA (Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones) aportaron la mayoría de los casos registrados. Sin embargo, a partir del año 2009, la región Centro, integrada por CABA, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, comenzó a mostrar un incremento en su participación durante los años epidémicos. Desde entonces, la región Centro ha concentrado, en diversos períodos, una proporción considerable de los casos notificados, llegando a representar más del 50% del total nacional durante la epidemia de 2024.

De hecho, el impacto del brote más reciente se vio reflejado tanto en los indicadores de salud pública como también en el funcionamiento de las instituciones sanitarias a través de centros de salud desbordados, un incremento de consultas en guardias y un alto grado de ausentismo escolar y laboral producto de la enfermedad. Ante este escenario, vacunarse representa una medida de protección individual. Reducir la cantidad de personas susceptibles a enfermar contribuye a disminuir la transmisión del virus en la comunidad.

“El invierno no es una pausa, es una ventana de oportunidad”, enfatizó la Dra. Cahn. “Tenemos por delante tres meses clave para iniciar el esquema de vacunación y llegar protegidos al verano. No dejemos pasar esta oportunidad. El dengue se previene y la vacunación es una herramienta segura, eficaz y disponible para hacerlo”, sostuvo.

Uno de los principales desafíos radica en la imposibilidad de predecir con exactitud la intensidad del próximo brote. Los especialistas coinciden en que la expansión del dengue no responde únicamente a patrones climáticos o geográficos, sino también a factores de movilidad, urbanización desordenada y falta de infraestructura básica para el manejo del agua y los residuos.

“El abordaje del dengue exige un enfoque multisectorial, sostenido y basado en evidencia científica. La vacunación es, sin duda, una de las herramientas más eficaces y disponibles para reducir la carga de enfermedad en la población”, concluyó la Dra. Urueña.

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