El salario real sigue estancado pese a la caída de la inflación

Con topes en paritarias y caída del empleo formal, el salario real sigue planchado. El segundo semestre arranca sin alivio para los hogares

 

 

Aunque mayo trajo el índice de inflación más bajo en más de un año —1,5%—, los salarios registrados volvieron a quedar atrás. El poder adquisitivo sigue estancado y los gremios denuncian que el Gobierno impone un techo salarial que bloquea cualquier intento de recuperación.

Según un informe de C-P Consultores, el promedio de los convenios colectivos firmados en mayo se alineó con la pauta oficial, que va del 1% al 1,5%. Todo aumento superior a esos valores enfrenta obstáculos para ser homologado, como ya sucedió con sindicatos de alto volumen afiliatorio.

 

El poder adquisitivo volvió a niveles de 2023

El estancamiento actual es la continuación de una tendencia que se agravó en marzo, cuando los salarios privados sufrieron una baja real del 2,6%, la mayor desde la devaluación de diciembre de 2023. Con ese retroceso, el salario medio volvió a los niveles previos al ajuste inicial del gobierno de Javier Milei.

“En mayo, el promedio de paritarias registró un estancamiento del poder adquisitivo, consolidando la contracción de marzo”, detalló el informe de C-P, conducido por el economista Federico Pastrana.

En el caso del sector público, la caída fue más leve en marzo (0,4%), pero los sueldos todavía se ubican 15% por debajo de los valores reales de hace un año.

 

Paritarias acotadas y sumas no remunerativas

La dinámica salarial actual se basa en acuerdos que privilegian sumas fijas no remunerativas, un esquema que evita la recomposición sostenida. “Las recuperaciones fueron esporádicas y de corto alcance”, explicaron desde la consultora, advirtiendo que esto profundiza la pérdida estructural del poder de compra.

El Gobierno nacional, por su parte, mantiene firme su política de ajuste. A través del Ministerio de Trabajo se aplican criterios restrictivos a la homologación de paritarias que superen la pauta, lo que desalienta negociaciones libres entre sindicatos y empleadores.

 

El empleo formal también está en rojo

El panorama del trabajo no es más alentador. Marzo cerró con una caída interanual del 3,4% en el empleo registrado, según datos oficiales. En el sector privado se perdieron 7.000 puestos solo en ese mes, y la industria fue el rubro más afectado, con 4.000 empleos menos.

Desde agosto de 2023, el sector privado acumula una pérdida de 155.000 empleos formales, lo que refleja las dificultades del modelo económico actual para reactivar la contratación.

Además, el desempleo trepó al 7,9% en el primer trimestre de 2025, la cifra más alta desde que asumió la actual gestión. Este dato se da en paralelo a una incipiente mejora de algunos indicadores macroeconómicos, lo que evidencia una desconexión entre la actividad y el mercado laboral.

 

Menos asalariados formales, más precarización

El informe de C-P advierte sobre un deterioro en la calidad del empleo. Mientras caen los asalariados registrados, crecen los puestos independientes y no registrados. La informalidad se consolida como un rasgo estructural del esquema vigente.

Esta tendencia limita aún más la posibilidad de una recuperación real del ingreso, ya que gran parte del nuevo empleo carece de estabilidad, obra social o aportes jubilatorios.

 

¿Qué se espera para el segundo semestre?

Con una pauta salarial rígida, caída del empleo y alta informalidad, el segundo semestre arranca sin señales de mejora en el poder adquisitivo. Aunque la inflación se modera, el deterioro acumulado y la falta de dinamismo del mercado laboral hacen que el rebote no llegue a los hogares.

Desde C-P Consultores advierten que el salario real podría seguir planchado en los próximos meses, a menos que se rompa el techo paritario y se reactive la generación de empleo de calidad. Por ahora, ninguno de esos dos factores parece estar en el radar de la política económica oficial.

Related posts