Según la UCA, tres de cada cuatro niños viven en hogares pobres en algunas zonas del país. El Norte argentino concentra las cifras más críticas, y la mejora en el segundo semestre no logró revertir el deterioro
La pobreza infantil en Argentina alcanzó en 2024 su nivel más alto en más de dos décadas, según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, donde se observa que el 67,3% de los niños y niñas del país vive en hogares pobres, una cifra que no se registraba desde el estallido social y económico de 2001-2002. El informe, elaborado por Valentina González Sisto e Ianina Tuñón, advierte que el primer semestre del año fue especialmente crítico.
En ese período, la pobreza infantil aumentó más de 10 puntos porcentuales respecto al año anterior, al pasar del 56,6% al 67,3%. Esta suba coincidió con una inflación acumulada del 62,4% entre enero y junio de 2024 y una fuerte caída del poder adquisitivo. “Los ingresos de los hogares pobres quedaron un 42,6% por debajo de la Canasta Básica Total”, detalla el estudio.
El impacto fue desigual según la región. El Norte argentino volvió a ser el más golpeado, en especial el NOA y el NEA. Aglomerados urbanos como Gran Salta, La Rioja, Gran Resistencia, Gran Paraná y Formosa superaron ampliamente la media nacional. Solo Jujuy-Palpalá cerró el año con una cifra por debajo del promedio. En el extremo opuesto, la Ciudad de Buenos Aires registró un 27,1% de pobreza infantil, el valor más bajo del país.
Una de las cifras más alarmantes del informe se registró en Concordia, Entre Ríos, donde el 75% de los niños vive en hogares pobres. Esto significa que tres de cada cuatro menores en esa ciudad enfrentan condiciones de vida por debajo de los niveles básicos. En contraste, regiones como el AMBA, la Patagonia y el Centro mostraron mejoras más sostenidas, con descensos en lugares como Mar del Plata, Bahía Blanca, Neuquén y el Gran Buenos Aires.
El estudio indica que hubo una leve mejora en el segundo semestre de 2024, atribuida a cierta estabilidad macroeconómica y al aumento de transferencias sociales. A pesar de que los incrementos de la AUH (100% en enero, 27% en marzo y 41% en junio) y la ampliación de la Tarjeta Alimentar ayudaron a contener un escenario aún más complejo, dichas medidas fueron insuficientes para revertir el deterioro provocado por la inflación y la pérdida del poder de compra.
A pesar de esos paliativos, la pobreza infantil continúa siendo la más alta entre todos los grupos etarios. El estudio concluye que la estructura social argentina sigue profundamente atravesada por la desigualdad, con una niñez que soporta las peores consecuencias del ajuste económico.