Desastre ecológico en Ohio: cuáles son las sustancias tóxicas que detectó EPA

Si bien no hubo víctimas fatales hasta el momento, el operador ferroviario aseguró que cinco de los 150 vagones contenían “cloruro de vinilo”. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. halló al menos otros tres tipos de sustancias tóxicas

 

 

 

El 3 de febrero de este año, un tren de carga descarriló en la ciudad de East Palestine, en el estado de Ohio en los Estados Unidos. Posteriormente, se incendió y generó preocupación en los habitantes. Si bien no hubo víctimas fatales -por lo que los medios locales no hicieron eco sobre el asunto- los vagones llevaban sustancias tóxicas.

Para los bomberos fue muy difícil acercarse al incendio debido a la toxicidad de la carga que volcó durante el accidente, del cual por el momento se desconocen las causas o el origen de la cuestión -más allá que una película de Netflix haya predicho el desastre ecológico de Ohio-.

La Agencia de Protección Ambiental de  Estados Unidos (EPA) afirmó el 12 de febrero que no había detectado ningún “nivel de preocupación” de sustancias peligrosas liberadas durante o después del accidente. A su vez, desde el organismo manifestaron que se encontraban investigando la contaminación del suelo y las aguas superficiales cerca del lugar del accidente. Pero días más tarde, la investigación arrojó más de lo que se imaginaban: hallaron varios tipos de líquidos tóxicos en vagones del tren.

Por su parte, luego del accidente, la compañía responsable de la carga del tren, Norfolk Suthern, aseguró que hasta el momento cinco de los 150 vagones que se descarrilaron contenían “cloruro de vinilo”. Ahora bien, ¿de qué se trata? Es una sustancia que se usa para fabricar cloruro de polivinilo (PVC), el cual se usa para crear una variedad de productos plásticos, incluidas tuberías, revestimientos de alambres y cables, y materiales para empacar.

Sin embargo, al estar expuesto a temperaturas extremas puede resultar altamente tóxico y letal. Por dicho motivo, las autoridades de Ohio solicitaron que la población cercana (East Palestine y residentes del estado de Pensilvania) al descarrilamiento evacúe la zona. A pesar de la insistencia, más de 500 residentes decidieron no irse de sus hogares.

Atendiendo las recomendaciones para llevar a cabo el operativo, el lunes 6 de febrero culminaron con la etapa de liberación controlada del cloruro de vinilo de los vagones, que derivó en una nube tóxica que se mantiene activa hasta el día de la fecha.

 

Cuáles son las otras sustancias que transportaba el tren

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) informó la totalidad de sustancias químicas tóxicas que se liberaron en el descarrilamiento del tren:

Algunos vagones transportaban líquidos combustibles y residuos de benceno, sustancias que pudieron haberse filtrado hacia cursos fluviales cercanos. Por el momento, no hay niveles de preocupación.

Hallaron acrilato de butilo, un líquido transparente que se utiliza para fabricar pinturas, selladores y adhesivos. Además, es inflamable y puede causar: irritación en la piel, los ojos y las vías respiratorias.

También encontraron acrilato de etilhexilo, líquido incoloro que también es utilizado para fabricar pinturas y plásticos. Las causas que podría originar son irritación cutánea y respiratoria.

Por último, descubrieron que el tren transportaba monobutilo de etilenglicol, el cual se usa como solvente para pinturas y tintas. Es altamente tóxico y puede causar lesiones graves o permanentes. Sus vapores pueden irritar los ojos y la nariz. A su vez, la ingestión del mismo puede causar dolores de cabeza y vómitos.

 

Residentes de Ohio demandaron a Norfolk Southern

Dos residentes de Ohio demandaron a la compañía responsable de la carga del tren. Exigen que el operador ferroviario se haga cargo de los exámenes médicos de cualquier persona dentro de un radio de 30 millas del lugar donde se volcaron las sustancias tóxicas.

Desde su perspectiva, Lynn Goldman, decana de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington, aseguró que “hasta que no se haya realizado una evaluación exhaustiva, el hollín y cualquier otro material deben tratarse como contaminados con cloruro de vinilo y/o dioxinas u otros contaminantes hasta que se demuestre lo contrario”.

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