La Cámara baja comandada por Cecilia Moreau busca, en una sesión maratónica desde este mediodía y seguramente hasta el miércoles, aprobar y girar al Senado el proyecto de Presupuesto 2023. El ajuste educativo que no fue y los privilegios judiciales concentran el debate, además de la dispersión opositora
En una sesión que promete ser maratónica con comienzo al mediodía de este martes y votación final durante la madrugada o mañana del miércoles, la Cámara de Diputados que comanda Cecilia Moreau intenta aprobar hoy y girar al Senado el proyecto de Presupuesto 2023.
La discusión en el recinto llega, valga la redundancia, tras más de un mes de debate en la comisión de Hacienda que no logró salvar ni siquiera las diferencias internas en Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora, además de su distancia con el oficialismo, claro está.
Con el supuesto ajuste en Educación – que no fue – y la idea de que jueces y funcionarios judiciales paguen el Impuesto a las Ganancias y, así, pierdan ese privilegio que mantienen como principales claves del debate, Juntos por el Cambio votará dividido, ante indefiniciones en un interbloque que no tiene, desde hace casi un año, una jefatura consolidada y que pelea en 2022 por las elecciones 2023, mientras que el resto de los bloques opositores mantiene diferentes posturas.
El proyecto, las diferencias y la sesión
Además de Ganancias para jueces y las partidas para Educación, hay otro cúmulo de temas, de menor relevancia pero tensión focalizada, que se suman como críticas y con rechazo de la oposición, aunque con menor relevancia mediática y amplificación.
Se trata de los recortes presupuestados en partidas para Asignaciones Familiares y Tarjeta Alimentar destinados a niños y adolescentes, la excepción del pago de Ganancias para los adicionales y horas extras que cobran los Camioneros (mientras judiciales no quieren ni pagarlo sobre el salario básico), y las facultades propuestas por el Ejecutivo para subir retenciones hasta fin de año de considerarlo necesario.
En cuanto a la prórroga hasta finales de 2023 de la potestad de tocar retenciones, el oficialismo tiene una pelea casi perdida: el interbloque federal, que lidera Alejandro “Topo” Rodríguez, ya anticipó el voto en contra de pleno. Se espera que Juntos por el Cambio busque modificarlo que y los liberales – si van – pretendan la eliminación.
Lo cierto es que, por ahora, el bloque oficialista que conduce Germán Martínez pudo mostrar unidad de acción y consiguió que Sergio Massa, el ministro de Economía, accediera a reforzar varias partidas sociales que generaban sensibilidad interna en el Frente de Todos y que en el texto original venían con importantes recortes.
Una de ellas era la de Educación, que en la iniciativa original que Massa había mandado en setiembre tenía un recorte calculado en 15% en términos reales contra 2021, pero que finalmente en el dictamen suscripto el jueves pasado el Gobierno accedió a reforzar junto a otras partidas sociales por un total de $320.000 millones, lo que calmó los ánimos oficialistas y dejó a JXC protestando por algo no vigente, básicamente.
Pero además desde el bloque oficialista se encargaron de aclarar, tanto a nivel nacional como a Horacio Rodríguez Larreta y su protesta porteña, que el informe fue erróneamente interpretado por la oposición, ya que el cálculo excluía, llamativamente, la inversión en la función Educación y Cultura computada entre las denominadas Obligaciones a Cargo del Tesoro, más allá de que adicionalmente el proyecto de gasto fue aumentado para lograr el mismo peso de inversión sobre el PBI del actual año 2021.
Otro punto clave de dispersión y rechazo parcial de la oposición, pese a las modificaciones, está relacionado con la inflación: el oficialismo aceptó una “cláusula gatillo” para que se revise, a fines de agosto, las cifras proyectadas. Si exceden en un 10% lo pensado para ese momento, o si se supera el 10% de recursos, el Ejecutivo deberá enviar un proyecto al Congreso para que, en un mes, se defina la redirección de gastos. Pero si eso no se logra, es decir un nuevo consenso, no habrá parálisis y el Gobierno lo hará vía Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
Finalmente, mientras existió unanimidad opositora en criticar el presupuesto para Educación, la posibilidad de aprobar que se incluya a los magistrados en el pago de Ganancias dividió la macrismo y hasta a otros sectores de JXC.
Por ejemplo, el referente en temas judiciales del PRO, Pablo Tonelli, dijo a DiputadosTV que era “muy justo que los magistrados paguen, pero implicaría una disminución en la remuneración que iría en contra del artículo 110 de la Constitución”. Una forma rara de juzgar la cuestión, parecida a lo que forzará la Corte Suprema para rechazar la iniciativa pese a que en el pasado todos los supremos se expresaban a favor.
En cambio, desde el radicalismo se inclinaron por una abstención antes que por una negativa a este artículo, mientras que desde la Coalición Cívica adelantaron que no votarían el Presupuesto en general.
El oficialismo, a última hora, no tenía la garantía de contar con la mayoría agravada de 129 votos para aprobar el pago de Ganancias para todos los jueces, pero eligió abandonar el posibilismo y correr el riesgo. “Si perdemos la votación, salimos ganando: exponemos a los jueces que no quieren pagar el impuesto y a la oposición que los protegen”, argumentaban.
Así las cosas, el presupuesto expuso que en JXC no domina su espíritu ni la discusión lo estrictamente legislativo: es una pelea política y específicamente, electoral. Los distintos socios están enfrascadas en una lucha por el liderazgo del espacio para definir candidaturas de cara a 2023 en cualquier terreno y sin techo de costo, entre desconfianza y búsqueda de llevar agua a su propio molino.
La Coalición Cívica de Elisa Carrió y el republicano Ricardo López Murphy anunciaron que votarán en contra del presupuesto, postura a la que esta noche adhería el sector más duro de PRO, el más macrista que arrastra casi al pleno de los cercanos a Larreta.
En la UCR, levemente más moderada a excepción de sus jefes, cercanos al macrismo, y Evolución Radical se inclinaban por votar en general el proyecto para no dejar al Gobierno sin presupuesto por segundo año consecutivo y evitar así, se justificaban más para dentro que para afuera, entregarle una carta blanca para reasignar las partidas a su total discreción en un año electoral.
Los “moderados” o “palomas” del PRO buscaban imponer la abstención como estrategia. Difícil que tengan éxito. El resto de la oposición, la no macrista, también dispersada: anoche el interbloque Federal, con sus ocho claves integrantes anunciaron a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, que posiblemente no se sienten. ¿Esperan algún cambio de último momento?
Pese a que firmaron el dictamen con disidencias, no quieren que el oficialismo insista en aprobar mañana el artículo que obliga al Poder Judicial a pagar el impuesto a las ganancias. “Lo único que se logrará es paralizar la Justicia y agudizar todavía más la tensión con los jueces”, advirtieron sus voceros. En el punto judicial es clave la postura de Graciela Camaño.
Los dos extremos ideológicos, y políticos, rechazarán en pleno: tanto los libertarios José Luis Espert y Javier Milei – y sus legisladores, si van – como la bancada de izquierda votarán en contra. Hasta anoche se debatía si darían quorum o no en la sesión. Posiblemente no lo haga Milei, es una incógnita Espert y habitualmente lo hace la izquierda.