La visita se concentró en agilizar inversiones rusas. Además obtuvo el aval del Gobierno de Putin a las negociaciones con el FMI y el Club de París
Argentina se convertiría en el polo productivo de la Sputnik V para toda América Latina; a través de un proyecto mixto (público y privado) que debería comenzar a proveer la vacuna rusa durante el 2022. Martín Guzmán terminó de negociar el proyecto ayer en Moscú, durante el último capítulo de su gira europea que se cerró en la capital rusa. Por indicación de Alberto Fernández, esta capital se sumó al viaje que el ministro de Economía mantuvo por Berlín, Roma, Madrid y París; donde el capítulo fundamental fue encontrar apoyo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París, objetivo que se logró de parte del Gobierno de Vladímir Putin. Sin embargo, el peso real de este país en ambos organismos financieros internacionales es mínimo; con lo que el objetivo de la visita se concentró en acelerar inversiones rusas en el país. Incluyendo el proyecto por la Sputnik V.
Además de la novedad, Rusia se convirtió ayer en el país que más explícitamente le dio a la Argentina su apoyo para las negociaciones ante el Fondo Monetario Internacional (FMI); en todo lo que plantee. Se lo expresó así al ministro el vicecanciller ruso, Sergey Rybkov y con su par de Finanzas, Anton Siluanov. Ambos prometieron defender la posición argentina en el board del Fondo, y plantear una ayuda directa en lo que plantee el país. El apoyo será bienvenido. Sin embargo la realidad indica que el peso ruso en el directorio del organismo es menor; y, además, compartido con China y Arabia Saudita.
Ayer se le dio el inicio oficial formal al proyecto para producir la vacuna rusa en el país; el que ya tenía una avance importante entre los privados involucrados. El proyecto había sido lanzado en febrero pasado oficialmente a través de un comunicado a los mercados el laboratorio local Richmond, sin embargo debía cerrarse el aval oficial de los dos gobiernos involucrados; especialmente para la habilitación de la salida de la fórmula fuera de las fronteras rusas, siempre celosas de su propiedad intelectual para otorgar un permiso para poder producir un contenido 100% ruso fuera de ese país. Esto fue lo que terminó de negociar ayer Guzmán en Moscú, y que comenzará a desarrollarse en las próximas semanas.
Richmond había anunciado en febrero pasado el acuerdo con el laboratorio ruso Gamaleya, dueño y propietario intelectual de la Sputnik; pero que por orden de Putin debió comenzar a discutir la ampliación de su producción fuera de las fronteras de ese país. La intención de Putin es convertir a la vacuna en una especie de embajadora rusa, mostrándose además más dispuesto a compartir conocimiento ruso contra el covid, en medio de una panorama mundial donde se le cuestiona a los grandes laboratorios mundiales involucrados en la producción de la vacuna acumular el medicamento, concentrando su distribución en los países más desarrollados y dejando de lado a los estados menos favorecidos. Entre ellos Argentina. El Gobierno de Putin ve en la Sputnik una alternativa geopolítica única, y ordenó a Gamaleya acelerar la apertura de su licencia. Los primeros en ser beneficiados por esta posición, son aquellos socios que ya estén trabajando con el laboratorio ruso; y es en este punto donde la empresa argentina se benefició indirectamente. Richmond tiene un acuerdo desde hace 25 años con el laboratorio hindú Hetero Labs Limited para la producción y distribución de medicamentos de alto valor agregado. A su vez Hetero es socio de Gamaleya también desde hace décadas, con lo que desde el inicio de la apertura para la búsqueda de alternativas de producción fuera de las fronteras rusas se tuvo en cuenta al caso argentino. Desde el Gobierno de Moscú se le dio vía libre a las negociaciones entre los tres laboratorios, a partir de la alianza estratégica que Putin cerró con la gestión de Alberto Fernández desde fines del 2020; cuando el argentino debió recurrir al ruso para buscar vacunas alternativas ante los problemas serios que ya se vislumbraban con Pfizer y con las otras firmas que debían proveer las vacunas.
Richmond firmó finalmente en febrero el acuerdo con Hetero y Gamaleia, asegurando que de manera rápida comenzaría a levantarse una nueva planta de la empresa de capitales argentinos en Pilar, provincia de Buenos Aires; la que se dedicaría tanto a la elaboración, formulación y rellenado dentro del país. Esto es, la Sputnik V tendría todo el proceso de elaboración dentro de la Argentina, y las ventas serían vía exportación 100% desde Argentina, y con el mercado latinoamericano como destino fundamental. En el comunicado ante la Bolsa y Comisión de Valores (BYMA), se aclaró además que el acuerdo de fondo era entre Richmond y el Fondo Soberano Ruso (RDIF), y que estaría subordinado a un acuerdo entre los estados; lo que se terminó de cerrar ayer. Ayer Guzmán tuvo, vía teleconferencia, el encuentro final con el titular del RDIF, Anatoly Braverman, con lo que el acuerdo tiene luz verde. El proyecto privado se completó el pasado martes 13 de abril, con el lanzamiento del nuevo fideicomiso financiero llamado “Proyecto VIDA” (Vacuna de Inmunización para el Desarrollo Argentino) para obtener unos u$s70 millones con el objetivo de levantar una nueva planta de la empresa en Pilar, destinada específicamente a la elaboración y envase de la Sputnik V; además de otras vacunas. Con ese dinero el laboratorio propiedad de Marcelo Figueras (empresario que tradicionalmente tiene buenas relaciones con el justicialismo), iniciará el proyecto. Richmond fue además avalado por Gamaleya, por ser el argentino productor regional del Oseltamivir, el medicamento diseñado para combatir la Gripe A.