Aquel 24 de agosto de 1899 marcó para siempre el destino de la literatura mundial. Sus libros “Ficciones”, “El Aleph”, “Historia universal de la infamia” y “El Libro de arena”, entre otros, son considerados reliquias de la lengua española
Este lunes se celebra el Día del lector y la lectora, en conmemoración al nacimiento de Jorge Luis Borges, el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires, Argentina. El escritor de cuentos, ensayos y poemas es considerado una figura clave para la literatura universal. Sus libros “Ficciones”, “El Aleph”, “Historia universal de la infamia” y “El Libro de arena”, entre otras obras, lo convirtieron en uno de los grandes maestros de la lengua española.
A través de la perfección de su lenguaje, de la originalidad de sus ficciones y de la belleza de su poesía; se alzó como ganador del Premio Cervantes en 1979, y del Balzan en 1980, por sus trabajos en filología, lingüística y crítica literaria. A su vez, fue galardonado con numerosas distinciones internacionales, aunque no logró obtener el Premio Nobel de Literatura, al que fue candidato durante casi treinta años. Según se presume, sus posturas políticas conservadoras podrían haberle impedido obtener tal reconocimiento.
Hoy, un posteo del Ministerio de Educación de la Nación Argentina retoma algunas de las frases más célebres de Borges en torno a la lectura, para celebrar una fecha que invita a perderse en las historias escondidas entre las letras:
“Creo que la frase ‘lectura obligatoria’ es un contrasentido. La lectura no debe ser obligatoria, es como hablar del ‘placer obligatorio’. ¿Por qué? El placer no es obligatorio. El placer es algo que buscamos”.
“Si un libro les aburre, déjenlo. No lo lean porque es famoso. No lean un libro porque es moderno. No lean un libro porque es antiguo. Si un libro es tedioso para ustedes, déjenlo, aunque ese libro sea ‘El paraíso perdido’ o ‘El quijote’. Pero si un libro es tedioso para ustedes, no lo lean. Ese libro no ha sido escrito para ustedes”.
“Lo que yo aconsejaría es que leyeran mucho, que no se dejaran asustar por la reputación de los autores, que leyeran buscando una felicidad personal, un goce personal. Es el único modo de leer. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad.”