Los bloques chicos se dividieron y faltaron 5 votos para abrir la sesión en la Cámara de Diputados. Fue el primer intento de la oposición para imponer un temario propio
Cambiemos no alcanzó el quórum para abrir la sesión especial convocada para rechazar los superpoderes de Santiago Cafiero, porque los bloques más chicos se dividieron y faltaron 5 votos para alcanzar la mayoría simple.
Fue el primer intento de la oposición para tener mayoría propia en el recinto y el fracaso resultó un alivio para el oficialismo, que de sostener esta tendencia no correrá riesgos de perder del control de la Cámara baja pese a no contar con una mayoría propia.
Había mostrado su debilidad cuando casi no llegó al quórum en la última sesión presencial, que aprobó la baja de jubilaciones a jueces y jubilados, y una señal de alerta ni bien se conoció el DNU que le permite al jefe de Gabinete reasignar partidas y aparecieron críticas desde todas las fuerzas políticas.
En la tercera sesión remota de la historia, la primera pedida por la oposición, el principal bloque opositor logró que entre presentes y conectados no faltara ninguno de sus 116 miembros (53 del PRO, 47 de la UCR y 14 de la Coalición Cívica y sus 2 aliados).
Le faltaban 13 para llegar a la mayoría simple pero sólo consiguió 8. José Luis Ramón fue el único del bloque Unidad Federal para el Desarrollo, los 8 aliados que tuvo el oficialismo para las principales leyes. Presentó el primer proyecto para rechazar los superpoderes pero la semana pasada no había acompañado un intento de la oposición para acelerar el debate.
Este jueves fue uno de los diputados que ocupó sus bancas pero temprano, en una teleconferencia con sus compañeros de bancada, supo que no lo acompañaría ninguno de sus dirigidos. No se conectaron los 3 oficialistas en la era Macri (Beatriz Ávila, Pablo Ansaloni y Pablo Carambia), los tres misioneros y el rionegrino Luis Di Giácomo.
Los partidos de gobernadores también sacaron chapa de oficialistas en el interbloque federal: los 4 conducidos por el cordobés Juan Schiaretti nunca prendieron sus computadoras. Tampoco el jefe de esa bancada, Eduardo Bali Bucca; ni el también bonaerense Alejandro Rodríguez y el salteño Andrés Zottos.
Sí dieron quórum Graciela Camaño, autora de otro proyecto de ley para derogar los superpoderes; los socialistas Enrique Esteves y Luis Contigiani; y Jorge Sarghini, quien asumió en febrero en reemplazo del ministro Daniel Arroyo y se convirtió en un problema para el Gobierno en el Congreso. Este cuarteto, además, fue el que no quiso bajar en febrero a bajar jubilaciones de jueces y diplomáticos.
Ayudaron los dos diputados de izquierda (Romina del Plá y Nicolás del Caño), pero no fue suficiente y pasados 40 minutos de la hora de convocatoria, el jefe de Cambiemos Mario Negri se rindió y escuchó a Massa dar por caída esa sesión. Tanta fe se tenía que a las 11 se había comprometido a asistir a una cumbre de parlamentarios de América Latina. “Le pido que nos acompañe en las expresiones en minoría”, lo chicaneó el cordobés.
La ronda de discursos la abrió Pablo Tonelli, del PRO, que repitió un argumento que había dado en la bicameral que debate decretos: la ley de administración financiera habilita al Gobierno a crear partidas en caso de pandemia, por lo tanto, dice, no es cierto que la decisión de empoderar a Cafiero se deba a las urgencias del Covid 19.
Los decretos están vigentes desde su publicación y sólo puede ser anulado si las dos Cámaras del Congreso así lo deciden. Por si acaso, el oficialismo sólo los trata en el Senado, donde tiene mayoría propia. Desde este jueves, supo que también podría animarse a discutirlo en Diputados.