Coronavirus: el presidente chino ordenó contener el brote antes de que fuera una epidemia, pero lo desoyeron

Según el gobierno chino, el presidente exigió a inicios de enero medidas de contención del virus. Pero el alcalde de Wuhan, donde se originó la enfermedad, organizó una cena para 10.000 familias en un lugar cerrado

 

Tras semanas de silencio y acumulación de críticas desde las potencias occidentales, el presidente de China, Xi Jinping, contó este domingo que tomó las primeras medidas para contener el coronavirus en los primeros días de enero, cuando aún no se había declarado oficialmente el brote, que hasta ahora causó más de 1.600 muertos.

Según un discurso oficial publicado este domingo por los medios oficiales del país, el gobierno emitió la primera orden de contención a gran escala “para controlar el nuevo brote de coronavirus” en la ciudad de Wuhan durante una reunión del Politburó, el máximo órgano del Partido Comunista, el 7 de enero pasado.

Para el 7 de enero, el coronavirus aún no había sido identificado como tal por las autoridades y solo se conocía que existían 59 “casos de neumonía”, siete en estado grave, y 121 personas en cuarentena, según las estimaciones publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en esos días.

“El 22 de enero, a la luz de la rápida propagación de la epidemia y de los desafíos de prevención y control, exigí de manera clara que la provincia Hubei implementara controles integrales y estrictos sobre los movimientos de las personas”, recordó Xi en su discurso.

Un día después, la ciudad de Wuhan, la capital de Hubei, se convirtió en la primera urbe de China aislada, una decisión que luego se replicaría a otras en el país.

Entre el 7 de enero, cuando el presidente chino ordenó contener el coronavirus, y el 23 del mes, las autoridades de Wuhan poco hicieron por actuar con la rapidez que exigió el gobierno central.

De acuerdo al diario español El País, el 19 de enero el alcalde de Wuhan, donde comenzaron los contagios, organizó una comida colectiva para 10.000 familias -unos 40.000 asistentes- en un espacio cerrado. Para los analistas, el objetivo fue dar una sensación de normalidad, aunque es probable que ese evento contribuyera a propagar la enfermedad.

El discurso de Xi se conoció luego de que los medios estatales chinos informaran esta semana de las primeras sanciones a autoridades políticas por la gestión de la epidemia, que ya se propagó a países vecinos y a otros continentes, aunque con una mortalidad aún muy acotada.

El gobierno chino removió al jefe del Partido Comunista de la Comisión de Salud en la provincia de Hubei, Zhang Jin, y su director Liu Yingzi. Ambos fueron sustituidos por Wang Hesheng, subdirector de la Comisión Nacional de Salud de China.

Además, fueron penalizados 337 funcionarios en Hubei, seis de ellos despedidos por “incumplimiento del deber” y varias autoridades de la Cruz Roja china en ese distrito fueron removidas.

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