El drama es realmente universal, porque el número de inmigrantes en todo el planeta ya supera la cifra de 272 millones en 2019, es decir, un aumento de 51 millones desde 2010. Según la Organización Mundial de la Salud representan el 3,5% de la población mundial, mientras que en 2008 eran el 2,8%, un escenario al alza del destino de este grupo de personas que escapan de su país sin destino cierto
Los datos fueron publicados en International Migrant Stock 2019, editados por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, y están basados en estadísticas oficiales nacionales sobre la población nacida en el extranjero o la población extranjera obtenida de los censos. Según cita ANSA, “en 2019, Europa recibió la mayor proporción de inmigrantes internacionales -82 millones-, seguida de América del Norte -59 millones- y Africa del Norte y Asia Occidental -49 millones-“.
Según el subsecretario de la ONU, Liu Zhenmin, “los datos son cruciales para comprender el papel clave de los inmigrantes y de las migraciones en el desarrollo de los países de origen y destino. Facilitar las formas de migración y movilidad de la población regular, ordenada y responsable contribuirá a lograr los objetivos del desarrollo sostenible”.
En tanto, surgen otros datos: a nivel naciones, la mitad de todos los inmigrantes internacionales residen en diez países, con Estados Unidos primero con 51 millones, lo que equivale al 19% del total mundial. Luego continúan Alemania y Arabia Saudita en segundo y tercer lugar (13 millones cada uno), seguidos por Rusia (12 millones), Reino Unido (10 millones), Emiratos Árabes Unidos (9 millones), Francia, Canadá y Australia (ocho millones) e Italia (seis millones).
La medida más dura
Mientras se conocen estos datos, la administración del presidente Donald Trump está empecinada en avanzar sobre los inmigrantes con nuevas normativas. Para ello, el Gobierno estadounidense dio a conocer el mes pasado una nueva regla que afectará a los inmigrantes legales “que utilicen beneficios públicos o sean susceptibles de convertirse en una carga pública”. Se trata de una de las medidas más fuertes que intentan poner en vigencia contra la inmigración legal.
Además, prevé normas mucho más estrictas para la emisión de visas y tarjetas verdes. Técnicamente, ya fue incluida en la regla final de Carga Pública que fue anunciada en octubre pasado en el Boletín Oficial con lo cual entrará en vigencia a los 60 días de ser publicada desde el 14 de agosto. La Casa Blanca puso especial énfasis en los inmigrantes que “viven y trabajan de manera regular en el país pero reciben beneficios públicos como cupones de comida o subsidios de vivienda”.
Es decir, se trata de los inmigrantes más pobres, aquellos que no logran mantener a su familia y pagar un alquiler. Trump insiste en la idea de que los inmigrantes agotan los recursos de los contribuyentes estadounidenses, con lo cual “aún aquellos que ingresaron al país legalmente deben garantizar que se pueden mantener. De lo contrario, no obtendrán la documentación que legaliza su estatus de residentes”.
Del otro lado, las asociaciones defensoras de los derechos civiles creen que la medida es una “aberración” puesto que “miles de familias enteras se verán obligadas a elegir entre la permanencia en Estados Unidos o el hambre. La nueva normativa, dada a conocer en las últimas horas, es una de las claves del plan puesto a punto por Stephen Miller, el consejero político de la Casa Blanca, principal artífice de la agenda de Trump en materia de inmigración”.
Trump tiene como objetivo final “limitar drásticamente los ingresos a Estados Unidos y por lo tanto de detener incluso a muchos de los que atraviesan la frontera con sus papeles en regla, pero lo único que podrá frenar este nuevo avance del gobierno es la oleada de demandas legales anunciadas por las asociaciones para la defensa de los derechos de los inmigrantes”. Todo esto, sin olvidar que en todo Estados Unidos se libraron redadas por parte de los agentes federales contra los inmigrantes ilegales, lo que provocó la separación de centenares de familias y dejó solos a muchos niños.