Durante el desarrollo de la audiencia general, en la Sala Pablo VI, el papa Francisco estuvo acompañado por una niña, que corría por el escenario y cada tanto se acercaba al pontífice para tocarlo. “Déjenla tranquila. Dios habla a través de los niños
“Déjenla, déjenla”, dijo inmediatamente Jorge Bergoglio dirigiéndose a quien trataba de tomarla para llevarla nuevamente a la platea, cuando advirtió que la pequeña tenía una discapacidad. En el momento del saludo a los fieles italianos, Francisco observó: “Solo quisiera comenzar haciendo una reflexión. Todos hemos visto esta pequeña tan bella, porque es bella, y víctima de una enfermedad, por lo que no sabe lo que hace. Les pregunto algo y cada uno responda en su corazón: ¿Recé por ella? Viéndola, ¿recé para que el Señor la cuide? ¿Recé por su familia?”.
“Siempre que veamos una persona que sufre debemos rezar. Y hacernos esta pregunta: ¿Recé por esta persona a la que vi sufrir?”, concluyó.