El presidente de Bolivia, Evo Morales, busca un cuarto mandato. La Constitución de ese país establece que una persona no puede gobernar por más de dos períodos consecutivos. Además, el mandatario perdió un referendo en 2016 en el que intentó anular esa limitación. Pero el Tribunal Constitucional Plurinacional falló a favor de la reelección indefinida
El tribunal decidió en 2017 “declarar la aplicación de los derechos políticos”, y obvió los artículos de la Constitución. Asimismo, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó que la reelección indefinida de Morales no es un derecho humano.
Ante las críticas por su posición manifestada en Bolivia, el 17 de mayo pasado en una visita oficial, alegó que varios países invocaron ese mecanismo. “Para mí la reelección no es un derecho humano, lo he dicho varias veces, y esa posición se mantiene, esto ha pasado por vía legislativa o judicial y no es la primera vez. Los actos más democráticos también pueden ser invocados en la sede judicial o la sede legislativa”, declaró Almagro en una entrevista a CNN.
Dijo que la OEA ve como una mala práctica la reelección indefinida y se opone a ella. “No se trata de temas personales, estamos hablando de temas institucionales que deben ser resueltos en perfecta consonancia con el sistema interamericano (…) no hay un solo instrumento para anular esa candidatura a la reelección, esa práctica está instalada”, explicó.
Almagro fue duramente criticado por la oposición boliviana por su respaldo público a favor de Morales. Argumentó que impedirla sería un acto de discriminación. Hasta participó en actos organizados por el oficialismo en el Chapare, zona productora de la hoja de coca, de donde se estima que más del 90% no pasa por los mercados legales.
El expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, hizo una petición formal al actual mandatario, Iván Duque, para que solicite una opinión consultiva a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) sobre la interpretación que se hizo de la Convención Americana de Derechos Humanos (CIDH) de esta postulación indefinida en Bolivia.
El vocero de la OEA dijo que pidió un informe a la Comisión de Venecia y envió el informe a la CIDH y a todos los Estados miembros, pero no ha sido respondido. “Es nuestra obligación mantenerla, porque no tenemos ningún instrumento para un doble estándar, porque no se aplicó en Honduras, Costa Rica y Nicaragua“.
Respondió a las críticas recibidas por líderes de la oposición boliviana. Afirmó que no apoya la candidatura de Morales. “Eso no existe, no hay esa probabilidad en el marco del funcionamiento de la OEA. Vamos a trabajar para garantizar que los resultados sean respetados y que haya las mayores garantías” con la misión de observadores de ese organismo.
Almagro reconoció que en Costa Rica, Honduras y Nicaragua no hubo un referéndum específico sobre la reelección indefinida como se hizo en Bolivia el 21 de febrero de 2016, que fue rechazada. Sin embargo, “el Tribunal Constitucional el que dictaminó al respecto”. Y agregó que no tiene más que decir del tema.
“Es la Corte boliviana la que decide, y es válido hasta que no se descalifique el fallo en otras instancias jurisdiccionales. Desde lo político, es una situación que ya estaba en el sistema boliviano”, y negó que este respaldo a Morales tenga que ver con su aspiración a reelegirse como secretario general de la OEA en 2020.
También rechazó la comparación entre Bolivia y Venezuela. “No tienen absolutamente nada que ver, con el propio trabajo de la OEA hemos observado todas las elecciones de Bolivia, incluyendo el referéndum. La OEA no ha sido invitada a Venezuela desde el 2007 por una razón obvia: que se contara mal los votos, que haya fraude electoral”, alegó.