El Gobierno nacional apuesta a repetir en 2019 el esquema de contención de diciembre para mitigar lo que será un escenario de recesión económica, signado por el incremento del desempleo y la pobreza, sumado a las fuertes subas de la luz, el gas y el transporte y los recortes en la obra pública
Apenas lograron atravesar las fiestas de Navidad y Fin de Año sin la conflictividad social de otros años, en la Casa Rosada empezaron a evaluar la posibilidad de replicar el refuerzo de programas sociales que aplicaron a fines de 2018. La ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, nuevamente será la encargada de mantener el diálogo abierto con los movimientos sociales para asegurar la atención alimentaria en los comedores de distintos puntos del país, pero además deberá hacer especial hincapié en mejorar el vínculo con la Iglesia, sobre todo luego de las críticas de varios obispos.
Tan importante resulta la voz de los prelados al momento de descomprimir el malestar social que el propio presidente Mauricio Macri se apuró a transmitir semanas atrás a los representantes de la Conferencia Episcopal Argentina, encabezada por monseñor Oscar Ojea, que “todavía tenemos meses duros por delante”.
Fuentes gubernamentales admitieron que el primer semestre será “difícil desde lo económico” y que recién a partir de mitad de año habrá un tímido repunte, sin embargo por el momento en la administración Macri no tienen en carpeta medidas económicas específicas que ayuden a revertir las dificultades que deberá afrontar un importante porcentaje de la población. Por el contrario, un funcionario de Balcarce 50 remarcó a este diario que el principal objetivo es “cumplir con las metas fiscales previstas” y alcanzar el déficit cero. “Habrá una mejora con la recomposición salarial, aunque será muy dispar porque los incrementos dependerán de la realidad de cada sector”, apuntaron desde el Poder Ejecutivo nacional. Como ejemplo pusieron los gremios de bancarios, aceiteros y petroleros, que cerraron sus paritarias por encima del 40%, un porcentaje cercano a la inflación de 2018.
Aun cuando la contención estará dirigida a los sectores más vulnerables, el gobierno está lejos de frenar el aumento de la pobreza y mucho menos de llevarla a cero, como Macri pregonaba durante su campaña en 2015. Sólo en el último año, según el Observatorio de Deuda Social de la UCA, hubo un incremento de 5 puntos. Si bien en el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sostuvo que esos números “son insoportablemente altos”, se mostró confiado en que en marzo próximo esas cifras bajarán por una supuesta desaceleración de la inflación.