La producción industrial acumula una contracción de 2,3% en lo que va del año. Metalmecánica, químicos, plásticos y petróleo procesado, los más perjudicados
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, desde hace varios meses viene señalando que en octubre y noviembre la economía argentina debería estar dando la curva y encaminarse hacia el crecimiento en materia de actividad y empleo. En esa línea los sectores industriales acompañarían la tendencia general, algo que todavía no se plasma en las estadísticas.
De confirmarse el vaticinio del ministro, sería una gran noticia para el sector industrial, que en noviembre registró un contracción del 7,4% en comparación al mismo mes del año anterior, según estudios privados.
De acuerdo con el Índice de Producción Industrial (IPI), que elabora la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), el mes pasado “todas las ramas de actividad mostraron una caída, destacándose el retroceso de la producción automotriz, de minerales no metálicos, de químicos y plásticos, y del complejo metalmecánico”.
Pero no sólo eso, también se registró un retroceso en relación a octubre, con una contracción de 7,9% considerando factores estacionales y del 1,6% en términos desestacionalizados. Además, en el acumulado de los primeros once meses del año la producción industrial describió una caída del 2,3%.
En el acumulado de los once meses, las mayores caídas corresponden a metalmecánica (8,2%), insumos químicos y plásticos (6,4%) y petróleo procesado (5,7%). Del otro lado, siderurgia creció 8,5% en los once meses, automotores 1,8% y alimentos y bebidas 0,3%.
A nivel de tipo de bienes, entre enero y noviembre, también se observan bajas en todos los segmentos. La mayor caída se dio en bienes de capital, con una baja del 6,8% en los once meses relevados de este año, en comparación al mismo período del año anterior.
Por su parte, los bienes de consumo durable tuvieron un retroceso de 4,1% en los primeros once meses del año, algo más que los bienes de consumo intermedio, que se contrajeron 2,2% interanual en el mismo período. En cuanto a los bienes de consumo no durables, tuvieron un retroceso de 0,2% en el período enero-noviembre frente al mes anterior.
Pero más allá de estos indicadores, todos en terreno negativo, lo cierto es que la producción industrial termina un año signado por la fuerte caída de la actividad, con dificultades de acceso al financiamiento, tasas de interés casi prohibitivas para muchas pequeñas y medianas empresas, y una carga tributaria que continúa llevando más de $ 4 de cada $ 10 generados por las empresas.
En este panorama, la vuelta de los derechos de exportación a los bienes industriales ($ 3 por dólar) y la reducción de reintegros a las ventas externas a un tercio de los vigentes en agosto, completan un panorama complejo sin recuperación a la vista. De todos modos, hay que recordar que éste no es un momento particularmente grave, en comparación a otros períodos de recesión de la historia económica reciente.
“La presente fase recesiva de la industria acumula 16 meses con una contracción equivalente anual de 6,6%. Este ritmo de contracción es inferior al promedio observado en los diez episodios recesivos previos desde 1980 a la fecha, que alcanzó 14,3%, sin embargo, se ha acelerado en los últimos meses”, sostiene el informe de FIEL.
De cara al futuro, el documento anticipa que en noviembre hubo una mayor difusión sectorial de la caída de la actividad, y precisa que “en el corto plazo continúan sin observarse señales de reversión de la fase y el inicio de una eventual recuperación”.