Fiebre del planeta rojo

El vehículo espacial Insight de la NASA abrió sus paneles solares, coronando así el éxito absoluto del descenso del dispositivo sobre el suelo de Marte, incluso con el envío de su primera “selfie”

 

 

 

 

Seguido en todo el mundo, desde las computadoras personales, desde el hogar a las pantallas gigantes de Time Square, la transmisión en directo por Internet del aterrizaje de Insight sobre Marte decididamente contribuyó a elevar la fiebre del planeta rojo, siempre más alta en los últimos meses.

 

Se reavivó así el entusiasmo por el espacio de hace medio siglo, la mitad entre la ciencia ficción y el deseo de abrir nuevas fronteras en la exploración espacial.

 

En tanto el próximo jueves en Nueva York la casa Sotheby’s se prepara para subastar tres fragmentos de rocas lunares llevadas a la Tierra por las misiones Apolo, el sueño del espacio está alimentado por los proyectos de las futuras misiones que llevarán de nuevo al hombre a la Luna con el objetivo de “desembarcar” entonces también en Marte.

 

La posibilidad de que algún día el hombre pueda caminar sobre otro planeta e incluso construir desde colonias enciende la imaginación. Mientras tanto, después de la película “El marciano”, el planeta rojo está volviendo a ser un mito de la ciencia ficción. La diferencia, en comparación con los años 50, es que ahora todo es absolutamente real.

 

Es un hecho por ejemplo, que con la llegada de Insight son tres los vehículos que están funcionando contemporáneamente sobre la superficie de Marte, enviando datos a la Tierra.

 

Además del vehículo espacial recién llegado, existen los rovers Opportunity y Curiosity, ambos de la NASA. Una coincidencia similar ocurrió solo brevemente en 2008, cuando Opportunity exploró el suelo marciano junto con su “hermano” Spirit, que dejó de funcionar en 2010, y el Phoenix, que interrumpió los contactos con la Tierra en noviembre de 2008. Entonces hay ocho vehículos activos en la órbita marciana, incluidos los dos mini satélites que acompañaron a Insight en Marte.

 

En este escenario el vehículo espacial apenas llegó sobre el suelo marciano está controlando todos sus subsistemas, en uno tipo de chequeo de alta tecnología y pronto comenzará a “mirar a su alrededor” con sus cámaras. Las imágenes que enviarán a la Tierra ayudarán a identificar los puntos óptimos en los que colocará el Sismógrafo y los termómetros-sonda que medirán la temperatura del planeta hasta la profundidad de cinco metros.

 

“Aunque Insight estudiará el subsuelo de Marte desde un punto vista geológico, y no podrá identificar la eventual presencia de huellas de vida, un mejor conocimiento de su subsuelo y en particular el transporte de calor podría proporcionar información importante sobre su habitabilidad”, observó la astrobióloga Daniela Billi, de la Universidad de Roma Tor Vergata. “Esto es relevante a la luz de la evidencia sobre la presencia de un lago salado sub-superficial, por lo que la concentración de sales necesarias para mantener el agua en estado líquido depende de la temperatura”, agregó refiriéndose al gran lago de agua líquida descubierto el pasado julio bajo el Hielo del Polo Sur de Marte. Estas informaciones, añadió, podría ayudar a definir mejor cuales formas de vida pueden haber tenido su origen, y quizás aún persisten, en un ambiente similar.

 

Mientras tanto, el instrumento italiano Larri (Laser Retro-Reflector for InSight), desarrollado por el Instituto Nacional de Física Nuclear (INFN) y la Agencia Espacial Italiana (ASI), se convertirá en el primero de los tres reflectores láser que funcionarán en Marte con la llegada de la misión europea.

 

 

ExoNars 2020 y el American Mars 2020

“Juntos se convertirán en puntos de referencia para el aterrizaje de futuras misiones”, dijo el Responsable del Vuelo Humano para el ASI, Gabriele Mascetti. Al mismo tiempo, los reflectores láser de Larri serán un herramienta de investigación extraordinaria para estudiar la física fundamental, en primer lugar la relatividad.

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