Según los organismos internacionales, niños y mujeres corren serio riesgo de vida
La caravana de miles de migrantes hondureños sigue su avance en territorio mexicano hacia el municipio de Huixtla, mientras que organismos humanitarios alertaron sobre el riesgo que corren numerosos niños deshidratados y con diarrea por consumir alimentos en mal estado.
Algunas versiones hablan de que se han formado ya tres caravanas, una que está por entrar a México a través de Tecún Umán, Guatemala, otra en camino hacia Tapachula y otra más recién llegada a Huixtla, pero otros dicen que en realidad se trataría de grupos que quieren unirse al contingente principal.
Ante las acusaciones del presidente Donald Trump de que entre los migrantes indocumentados que partieron hace 10 días de San Pedro Sula, Honduras, huyendo de la violencia de las pandillas, hay criminales y personas de Medio Oriente, tanto el Gobierno mexicano como el de Tegucigalpa rechazaron esta idea. “No son maras (pandilleros) ni terroristas”, afirmó Alden Rivera, embajador de Honduras en México, en declaraciones a la emisora Radio Fórmula, sobre las acusaciones de Trump.
Expuso que los miembros de la caravana que se dirige a Estados Unidos está compuesta por “ciudadanos que luchan y buscan oportunidades ante la difícil situación política que se vive en Centroamérica”. Sin embargo, Rivera dijo que detrás de este grupo “hay una motivación de carácter político”, pues “un partido hondureño con engaños y mentiras” azuzó a los migrantes.
Se refería a Bartolo Fuentes, periodista, ex líder estudiantil y exdiputado por el opositor partido Libertad y Refundación (Libre), al que pertenece el expresidente hondureño Manuel Zelaya. Editor y director de la revista Vida Laboral y del sitio web Honduras Laboral, es acusado por el Gobierno hondureño de ser el organizador de esta oleada masiva con “motivaciones y tintes políticos”.
Sin embargo, Fuentes asegura que “me están adjudicando una especie de superpoderes”, y acusó al Gobierno de su país “de estar buscando chivos expiatorios para no reconocer que en Honduras se vive una tragedia humana terrible”.
El embajador hondureño indicó que los aproximadamente 4.000 migrantes, que ya están en México, tienen la idea de entrar a Estados Unidos por Mcallen, Texas, aunque la ruta podría cambiar en cualquier momento. En tanto, el ministro de Gobernación Alfonso Navarrete dijo: “México no caerá en presiones de ningún tipo ni exigencias que pretendan provocar una reacción hostil, pues nosotros vemos la migración no como un crimen sino como un fenómeno de realidades compartidas, de respeto a derechos humanos”.
Organizaciones civiles de defensa de los derechos humanos alertaron que algunos niños de la caravana requieren de ayuda urgente porque “están en riesgo de morir si no se les aplica un esquema sanitario”. La Red Latinoamericana y Caribeña por la defensa de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes llamó al Gobierno mexicano a proteger a este sector, que huye con sus familias “de la violencia armada y la pobreza”.
En tanto, en México han comenzado a surgir brotes xenófobos a través de las redes sociales, donde abundan frases como “Regrésenlos a su país”, o “fuera catrachos (hondureños, ndr) de México”. “Estamos recibiendo a gente que seguramente tiene orden de arresto por robo, asesinos… si fuera gente trabajadora se quedarían a luchar por un país mejor como lo hacemos los mexicanos”, señaló un usuario de Facebook, citado por el diario El Universal.
Hay también comentarios favorables, como la de otro cibernauta, quien asegura: “No son ladrones, ni delincuentes sino consecuencia de las heridas vivientes de décadas de saqueo, miseria y explotación en toda Latinoamérica”. Una encuesta de El Universal arrojó hoy que los mexicanos están divididos en sus posturas hacia los migrantes, y casi la mitad está a favor de que el Gobierno frene la caravana mientras la otra mitad quiere que se les permita la entrada.
Sin embargo, a la pregunta del impacto que generaría la llegada a su comunidad de estos migrantes indocumentados, casi 40% afirma que aumentaría la delincuencia y otro 25% que quitarían trabajos a mexicanos.