La detención del líder del PT y la multiplicación de candidatos hacen de los comicios de octubre los más imprevisibles desde la vuelta de la democracia en 1985
El mercado financiero está reaccionando de “manera simplista” a la prisión de Lula, consideró Christopher Garman, director ejecutivo para las Américas de la consultoría Eurasia. Para él, la salida de Luiz Inacio Lula da Silva de la disputa electoral presidencial de octubre próximo abre espacio para candidaturas que pueden ser negativas para el mercado, como la del ex gobernador de Ceará Ciro Goms (PDT) y del diputado federal Jair Bolsonaro (PSL-RJ).
Según declaraciones de Garman al diario “Folha do Sao Paulo”, el mercado financiero no está viendo que aumentó la posibilidad de votos más unidos en torno a la izquierda, lo que favorecería una segunda ronda entre Bolsonaro y Ciro Goms”, dijo.
Garman afirmó que la prisión de Lula reduce “la potencia del candidato del PT” y aumenta las chances de Ciro para ir a la segunda ronda.
En tanto, Michael Mohallem, especialista en ciencia política de la Fundación Getulio Vargas (FGV), dijo que “la prisión del líder (Lula da Silva) en todos los sondeos de intención de voto y la incertidumbre sobre si podrá disputar las elecciones incentiva a otros candidatos y fragmenta aún más un escenario electoral que ya era complicado”.
Además de los 16 aspirantes que ya fueron oficialmente presentados como precandidatos, aún hay formaciones que no han definido sus aspirantes, incluso el propio partido en el gobierno, el Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del presidente Michel Temer, y tienen plazo hasta agosto para hacerlo.
Pese a que el PT ha dicho que mantendrá la candidatura de Lula, la formación tiene el desafío de inscribirlo debido a que legalmente está inhabilitado. Por eso los partidos de izquierda que han sido históricos aliados del PT anunciaran candidatos propios. La última fue Marina Silva, exministra de Medio Ambiente de Lula, cuya precandidatura fue confirmada por la Rede Sustentabilidade el mismo día en que el expresidente se entregó a la Policía. El Partido Socialista Brasileño (PSB) dijo que evalúa si postulará al exmagistrado Joaquim Barbosa, el responsable por mandar a la cárcel a 24 colaboradores y aliados de Lula en un juicio por corrupción que puso a tambalear a su Gobierno en 2005.
Con Lula tras las rejas, quien asume el liderato en los sondeos de intención de voto es el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, un militar en la reserva defensor de la última dictadura y postulado por el Partido Social Liberal (PSL).
En los últimos sondeos el líder socialista tiene el 34% del favoritismo y el ultraderechista el 16%, pero Bolsonaro tiene, así como Lula, un alto índice de rechazo, de más del 50%.
Bolsonaro, además, tiene que disputar votos en la centro-derecha con otros candidatos más viables como Geraldo Alckmin, que el viernes renunció a la gobernación de Sao Paulo para poder disputar por el PSDB, y quien sea elegido por el MDB, que aún no decidió entre el propio Temer, que ya admitió su deseo de intentar la reelección, y su ahora ministro de Hacienda Henrique Mierelles. La centroderecha tiene otros importantes nombres como el diputado Rodrigo Maia, actual presidente de la Cámara Baja, y el empresario Flavio Rocha, propietario de una conocida red de tiendas y aspirante por el Partido Republicano Brasileño.