Ni la masiva movilización en las calles ni el pedido de un grupo de diputados opositores fue suficiente para levantar la sesión de ayer en la que se discutía la reforma previsional. Tampoco los piedrazos de un grupo de manifestantes y la represión de la Policía de la Ciudad lograron frenar el debate. La orden desde la Casa Rosada fue clara: aprobar sí o sí el proyecto oficial
Cuando los gases lacrimógenos llegaban a la puerta del Palacio Legislativo y en los alrededores del Congreso había decenas de heridos, el debate en Diputados pasó a un cuarto intermedio. El impase fue apenas de media hora. El presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, se comunicó con Balcarce 50 y rápidamente recibió la instrucción de continuar con la sesión a como de lugar. No había lugar para posponer la aprobación de la iniciativa que establece un cambio en el sistema de movilidad previsional.
Monzó se reunió con los presidentes de cada uno de los bloques y manifestó que desde el Poder Ejecutivo nacional le informaron que en media hora se controlaría lo que en ese momento sucedía en las calles y que la “mayoría de los agredidos” era “miembros de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, los piedrazos y disparos de las fuerzas de seguridad continuaron y la represión se extendió hasta la 9 de Julio, incluso los gases lacrimógenos llegaron a las estaciones del subte A.
De nuevo en el recinto, el presidente de la Cámara de Diputados logró ejecutar la orden del Poder Ejecutivo nacional con el apoyo de una parte del bloque Federal, el mismo que ayudó a dar quórum y prometió los votos para la aprobación de la iniciativa oficial.
Por la tarde, una vez que sortearon las primeras horas de tensión, en la Casa Rosada se mostraron confiados en que la reforma previsional, que recorta cerca de cien mil millones de pesos a los jubilados, sería aprobada. Aún con esa certeza, fuentes del Gobierno nacional señalaron a BAE Negocios que no descartaban echar mano del DNU en caso de que surgiera algún imprevisto de último momento durante la votación.
Tras la fallida sesión del jueves pasado, desde el Ejecutivo nacional resolvieron redoblar los esfuerzos para conseguir los votos. Ya no sólo bastó que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, profundizara las negociaciones con los gobernadores del PJ, sino que esta vez además llevó a algunos de ellos al Congreso un rato antes de que comenzara el debate.