La huelga nacional contra la reforma de las pensiones, convocada por los ocho principales sindicatos, está teniendo un fuerte impacto este jueves en Francia. La protesta, un gran desafío para el presidente Macron y su Gobierno, ha provocado el cierre de gasolineras y de escuelas, está perturbando el transporte público y la red ferroviaria, además de causar una caída de la producción de electricidad. La asistencia a las manifestaciones en todo el país han sido multitudinaria
Unos 10.000 policías y gendarmes están desplegados para asegurar el orden, de los cuales 3.500 en París, donde se ha desarrollado una manifestación multitudinaria. El sindicato CGT estimó en 400.000 los participantes. Desde primeras horas de la mañana ha habido ya controles en los accesos a la capital para evitar que se introduzcan objetos o armas susceptibles de ser usados en la marcha. Muchos comerciantes del recorrido de la protesta han cerrado y protegido sus negocios.
Pese a todas las precauciones, se han producido choques entre alborotadores y las fuerzas antidisturbios, con al menos una veintena de detenciones a media tarde.
El sindicato CGT ha indicado que todas las refinerías del consorcio TotalEnergies han interrumpido la producción y el suministro, pues entre el 70 y el 100% de su personal secunda la huelga. Como consecuencia del movimiento reivindicativo, los trabajadores de la compañía EDF han provocado una caída de la producción eléctrica equivalente, al menos, a dos veces el consumo de París.
Varios líderes sindicales han comparecido ante los medios para animar a la participación en la huelga y para arremeter contra la reforma de las pensiones, que rechazan de plano porque la consideran injusta, sobre todo con las capas más humildes que empiezan a trabajar muy jóvenes y cuya esperanza de vida es inferior a la de los cuadros medios y superiores del sector público y privado. “Esta cuestión de las pensiones canaliza todos los descontentos”, ha declarado Philippe Martinez, secretario general de la CGT, en la emisora Public Sénat. “Cuando todos los sindicatos están de acuerdo, es algo raro y quiere decir que el problema es muy grave”, ha añadido Martinez.
El líder del sindicato CFDT -moderado y de origen cristiano-, Laurent Berger, se quejó en la cadena BFM-TV de que se acuse de irresponsabilidad a los trabajadores huelguistas. Berger indicó que son conscientes de las dificultades financieras del Estado pero añadió que “esta reforma va a crear muchas injusticias, muchas desigualdades”.
La huelga está afectando todo el tráfico ferroviario, desde los trenes de cercanías a los TGV. Estos últimos circulan solo de manera parcial, uno de cada tres convoyes en el eje norte-sur, uno de cada cuatro hacia el este y uno de cada cinco en el eje atlántico. Muchos usuarios cambiaron sus billetes. A los huelguistas en la compañía SNCF no les falta el humor. En una estación parisina, se leía este texto en una de las pantallas: “Tráfico fluido. Buen viaje”
Desde Barcelona, durante la conferencia de prensa con Pedro Sánchez, Macron constató que las movilizaciones son “una expresión legítima de desacuerdo”, pero también recordó que “hay que decir las cosas cuando se toman las decisiones democráticas” y que la reforma de las pensiones figuraba en su campaña presidencial del año pasado y en el programa de sus partidarios en las elecciones legislativas.
Para el presidente francés, la reforma “es justa y responsable” y viene a corregir “un cierto retraso de Francia” respecto a sus vecinos. “Si queremos ser justos entre generaciones y salvar el sistema de repartición, debemos hacer esta reforma”, concluyó, al tiempo en que insistía en que se actuará desde “el respeto y el espíritu de diálogo pero con respeto y espíritu de responsabilidad”.