Arde Mercosur: informan a Uruguay qué se negocia para evitar roces

Norte de África, Centroamérica y Caribe, Singapur y Canadá son algunos de los mercados que fueron comunicados a Uruguay, que quiere debilitar el bloque

 

 

Luego de la nota de rechazo a Uruguay por su acercamiento al Acuerdo Transpacífico, Argentina, Brasil y Paraguay le enviaron una fuerte señal al comunicar que todas las negociaciones son y serán dentro del Mercosur y detallaron cuáles son los mercados que interesan.

Horas más tarde de la nota de las representaciones diplomáticas de Argentina, Brasil y Paraguay, en la que rechazan las negociaciones realizadas por la cancillería uruguaya para avanzar en Tratados de Libre Comercio (TLC), las naciones se reservan la posibilidad de “adoptar las medidas para defender sus intereses en los ámbitos jurídico y comercial”. El paso lo dio Uruguay con China y ahora con naciones del Pacífico, tanto de Asia como de América y Oceanía.

Una forma de “mostrar los dientes” es haber comunicado a Uruguay que el interés hoy pasa por el norte de Africa, Singapur, Canadá, países de Centroamérica y el Caribe, y la finalización de los detalles pendientes del TLC con la Unión Europea, expresaron las fuentes consultadas.

Todas las acciones estuvieron “teledirigidas” para elevar la temperatura del Mercosur que como adelantó este medio, tendrá su cumbre de presidentes el martes 6 de diciembre y Argentina presidirá el bloque. Luego de los anuncios que en el pasado realizara Montevideo sobre negociaciones para alcanzar un TLC con China, el canciller uruguayo Francisco Bustillo manifestó en su reciente visita por Australia y Nueva Zelanda el deseo de la República Oriental de sumarse al Acuerdo Transpacífico, lo que motivó la respuesta coordinada de la diplomacia de los restantes socios del Mercosur.

 

Riesgos latentes

Desde 2006, Uruguay ha declarado interés en negociar unilateralmente acuerdos con dimensión arancelaria con terceros países o grupos de países. En todas esas oportunidades la respuesta de los demás socios ha sido contundente: “no se puede ser Estado Parte y tener conductas contrarias al Mercosur y sus miembros”.

La posibilidad de negociar en forma unilateral acuerdos comerciales de dimensión arancelaria choca de frente con los objetivos y principios establecidos en los Tratados fundacionales como el de Asunción (1991) y de Ouro Preto (1994) y con el extenso bagaje normativo del MERCOSUR.  Choca también con la regla del consenso, que Uruguay pretende desconocer.

No obstante esto, las máximas autoridades de Uruguay y quienes comprometen la responsabilidad internacional del Estado uruguayo (presidente/Canciller) han ido progresivamente avanzando un camino contrario a los objetivos del MERCOSUR en el que creen poder mantener las ventajas de la membresía en el bloque y a la vez que obtener beneficios de “free-rider” en negociaciones extra-zona. Este comportamiento y declaraciones son inaceptables y han ido subiendo de tono hasta un punto límite.

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