El oficialismo y la oposición acordaron posponer la sesión en Diputados tras un fin de semana de alta tensión política. La Cámara baja tenía previsto debatir en el recinto un puñado de proyectos el próximo miércoles, entre ellos el Consenso Fiscal y la prórroga de impuesto nacionales
La disputa entre el oficialismo y Juntos por el Cambio por las manifestaciones de apoyo a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y el operativo policial en el barrio de Recoleta se trasladó al Congreso. Por el “mal clima político” que advierten unos y otros, en Diputados resolvieron posponer la sesión prevista para este miércoles, en la que se iban a tratar el Consenso Fiscal y la prórroga de impuestos nacionales, entre otros proyectos. El mismo camino podría seguir el Senado.
Algunos diputados desprevenidos viajaron este lunes desde sus respectivas provincias a la Ciudad de Buenos Aires para participar de la sesión que fue varias veces anunciada desde el Frente de Todos, aunque no había sido convocada formalmente. Otros ya percibían que los cruces por el corralito en la puerta de la casa de la vicepresidenta iban a incidir sí o sí en la labor legislativa.
“La sesión no se hace”, confirmó a este diario uno de los principales referentes parlamentarios de la bancada oficialista, pasado el mediodía. “La situación actual está muy tirante”, fue el principal argumento que dieron desde ese espacio político para explicar por qué se dejará para más adelante el debate de un puñado de iniciativas que el Ejecutivo nacional busca aprobar con urgencia.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; y el jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, resolvieron postergar la sesión, dejando la puerta abierta para que se realice el 7 de septiembre próximo, aun cuando no confían del todo en que el contexto político sea mejor que el actual. La idea es que se haga antes del 14 de septiembre, día en que el jefe de Gabinete, Juan Manzur, irá a la Cámara baja para brindar el informe de gestión.
“No tenía sentido sesionar con este clima, cuando ni siquiera todos los proyectos que queremos tratar están en condiciones de ser llevados al recinto”, dijo una de las espadas parlamentarias del oficialismo.
De las cinco iniciativas que el Frente de Todos busca aprobar, sólo tres tienen dictamen: la que prorroga los impuestos nacionales hasta 2027, la de Consenso Fiscal y la Ley de Enfermería. El proyecto de “alcohol cero” y el que fomenta la agrobioindustria todavía no fueron dictaminados.
Tras las acusaciones cruzadas entre el Frente de Todos y el Gobierno porteño por el vallado y la represión en el domicilio de Cristina Kirchner, Juntos por el Cambio se encargó de hacerle saber al oficialismo que tendría que conseguir los 129 diputados para alcanzar el quórum y el mismo número de votos para aprobar la prórroga de impuestos nacionales sin el apoyo de la coalición opositora.
La principal fuerza de la oposición se encaminaba a votar dividida el proyecto de Consenso Fiscal, que fue firmado entre las provincias y el Ejecutivo nacional. Mientras PRO y la Coalición Cívica se inclinaban por el rechazo, en el radicalismo discutían qué postura adoptar, debido a que los legisladores que responden a los gobernadores radicales tenían pensado votar a favor. En la renovación de tributos, entre ellos Bienes Personales y Ganancias, Juntos por el Cambio iba con dictamen propio, aunque en el debate en comisión algunos legisladores se mostraron proclives a no dejar al Gobierno sin financiamiento.
Desde Juntos por el Cambio sostienen que la razón por la que el oficialismo dió marcha atrás con la sesión es que “no tiene el número, no tiene los 129 asegurados, sino convocaría para este miércoles”. Sin embargo, también admitieron que el debate del temario se iba a ver eclipsado por las discusiones en torno a la coyuntura política, con pedidos de cuestiones de privilegio; no tanto así por el ajuste que lleva adelante el ministro de Economía, Sergio Massa.
Un sector del Frente de Todos estaba interesado en tratar además el proyecto de la diputada oficialista Hilda Aguirre de Soria para expulsar al legislador macrista Francisco Sánchez por haber deslizado que la vicepresidenta merecía la pena de muerte, la cual que fue abolida en 1984. No todos en el bloque oficialista están tan convencidos de avanzar con esa iniciativa porque -según sostienen- colisiona con la libertad de expresión.
Ante este panorama, el oficialismo y la oposición quedaron en continuar negociando en Diputados para consensuar una sesión, siempre atentos a las necesidades de Massa y la realidad política que se impone por fuera de las urgencias del Palacio de Hacienda.
El Senado también tenía previsto sesionar esta semana. Si bien todavía no descartaron por completo debatir algunos proyectos este jueves, fuentes del interbloque de senadores del Frente de Todos señalaron que el “clima está difícil” y que lo más probable es que se pase la sesión para la otra semana, más aún cuando quien está al frente de ese cuerpo es la vicepresidenta.
En la última sesión en la Cámara alta, el oficialismo logró avanzar con dos proyectos de interés del titular de la cartera económica: la sanción del blanqueo para la construcción y la aprobación del Consenso Fiscal.