El bloque de senadores oficialistas dio el visto bueno a las modificaciones de Weretilneck, que renunció a su proyecto que pedía un miembro de la Corte, y Solari Quintana sobre representación federal e igualdad de género. Así, el Gobierno tiene los votos para darle media sanción
El Frente de Todos comenzó a destrabar las dificultades entorno a sancionar una nueva ley para el Consejo de la Magistratura: aceptó incorporar a su proyecto cambios propuestos por el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magadalena Solari Quintana sobre la representación federal y la igualdad de género en el organismo, y, de ese modo, se garantizó los votos para la media sanción en el Senado la semana que viene, aún con el escollo futuro en Diputados.
Ayer, en la reunión del plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia de la Cámara alta en el Salón Azul, se debatieron las modificaciones al proyecto enviado por el Ejecutivo. Sucede que, tras las últimas elecciones, el FDT tiene una primera minoría ajustada y está obligado a consensuar en el Congreso sus proyectos con gobernadores y partidos provinciales.
Lo que hizo, entonces, el oficialismo fue aceptar incorporar al proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura los cambios propuestos por el senador rionegrino Alberto Weretilneck vinculados en su propio proyecto – al que ahora renunció – a la representación federal y por la misionera Magdalena Solari Quintana, sobre igualdad de género.
El FDT tenía su dictamen de las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales, pero lo que le faltaba era los votos en el recinto para aprobarlo: cuenta con 35 integrantes y necesita 37 votos para dar aval a sus propuestas, por eso necesita los apoyos de los partidos provinciales de Misiones y de Río Negro (y de la riojana peronista disidente Clara Vega).
De esta manera, el Frente de Todos tendría garantizados los votos para darle la media sanción en el recinto, en una sesión que se estima será el próximo miércoles. De lograrlo, pasará de inmediato a Diputados para buscar convertirlo en ley antes del 15 de abril, fecha del últimátum que dio la Corte Suprema.
Esto es porque, si no está sancionada para ese día, la Corte dispuso que se debe reponer una ley derogada hace 15 años por la que su presidente, Horacio Rosatti, pasará también a manejar el Consejo.
Qué dice el proyecto y qué cambios incorporó
En la propuesta elaborada por el Gobierno, el Consejo de la Magistratura pasa de 13 a 17 miembros, sumando dos abogados, un juez y un académico, y deja a la Corte Suprema afuera.
Weretilneck tenía una iniciativa propia para un Consejo de la Magistratura federal, con un país dividido en cuatro regiones que se encargarían de designar a los jueces de cada jurisdicción. También incorporaba la idea de que el presidente de la Corte encabece el Consejo.
Solari, la otra senadora que garantizó su apoyo, había pedido que se incorporara la cuestión de equidad de género. Tras trabajar con el jefe del bloque de senadores, José Mayans, y el titular de la comisión de Justicia, Oscar Parrilli, se llegó a un acuerdo reflejado en cuatro cambios que se hicieron al dictamen original del FDT.
“Planteamos que de los cuatro candidatos de los abogados y cuatro candidatos de los jueces haya un representante por región y que sean iguales entre hombres y mujeres. Queremos garantizar que cada región del país tenga representación en el Consejo de la Magistratura”, señaló el propio Weretilneck, satisfecho con las modificaciones.
A las cuatro comisiones del Consejo ya existentes, que son Selección, Disciplina, Administración y Reglamentación, se le va a sumar la de Asuntos Federales, que a su vez se divide en cuatro regiones: AMBA, Norte, Sur y Centro.
El jefe del bloque radical, Luis Naidenoff, le señaló que había aceptado que la Corte Suprema quedara afuera del Consejo. “Para nosotros eso es fundamental”, señaló, adelantando su rechazo en el recinto. “Si hay un juez de la Corte o no, es demasiado chiquito”, respondió Weretilneck.
Rara la postura de JXC que difunde ahora Juntos por el Cambio, ya que en sus iniciativas originales no incorporaban un juez de la Corte. Eso cambió cuando el propio Tribunal armó un fallo que rehabilitó la vieja ley derogada, cosa que “empujó” al macrismo a agarrar la la idea y pedir a Rosatti en la Magistratura.