Advierten que si el ritmo de contagios sigue creciendo, los médicos deberán tomar decisiones con respecto a qué vidas salvar primero por falta de recursos. El Colegio Médico local asegura que el sistema sanitario ya “colapsó”
El avance del coronavirus cuando hay transmisión comunitaria en una región es muy difícil de controlar, y en la mayoría de los casos logra sobrepasar hospitales, clínicas y centros de salud, ya que el virus circula tanto que es imposible rastrear dónde o con quién se dio la infección. Esto sucede en Cipolletti, una ciudad de Río Negro que podría ser la primera del país en tener que aplicar el sistema de triaje, es decir, deber elegir a quién dar un respirador por falta de recursos y colapso del sistema sanitario.
La directora del hospital de Cipolletti, Claudia Muñoz, aseguró que el sistema todavía puede dar respuesta a la demanda, pero advirtió que si continúa el ritmo actual de contagios podrían tener que decidir a quién atender y a quién no.
Muñoz sostuvo que “esta situación todavía no se ha presentado, pero de continuar así quizá lo tengamos que hacer”, y remarcó que, debido a que el salto de contagios dejó ocupadas todas las camas de terapia intensiva en el sistema público, hay que “salir a buscar camas” en otros lugares.
Cipolletti es una de las tres ciudades de Río Negro donde hay transmisión comunitaria de Sars-Cov-2, junto con Bariloche y el departamento de General Roca, que ya debió aplicar medidas de restricción a la circulación de personas. Ayer, de los 235 nuevos casos de la provincia, 12 se dieron en Cipolletti, mientras que Roca tuvo 53 positivos, 28 en Regina, 26 en Bariloche, 20 en Fernández Oro y 20 en General Conesa.
“Esta situación seguramente se va agudizar y seguramente vamos a tener que lamentar más víctimas. Las personas no lo entienden hasta que el muerto está en la familia. El personal de salud está todos los días enfrentando a la muerte. Des de la comunidad lo tomamos como un desprecio porque al no acatar las medidas estás despreciando la vida del otro”, afirmó la directora en declaraciones a LU5.
Sin embargo, desde el Colegio Médico de Cipolletti afirman que el sistema de salud de la ciudad ya “colapsó”, tanto en el sector público como el privado. “Hoy la realidad sanitaria se ha agravado: el Sistema de Salud Público – Privado ha colapsado es decir, no hay camas para internar, a nadie”, alertaron ayer en un comunicado.
Graciela Sáez, presidenta de la entidad, lamentó que el Comité de Bioética del Colegio tendrá “la triste tarea de acompañar cuando haya que decidir a qué paciente se le coloque un respirador cuando haya una sola posibilidad”. “Ojalá eso nunca nos llegue, pero la situación está latente”, manifestó en declaraciones a Radio Calf.
Muñoz, directora del hospital, remarcó que desde su óptica el sistema aún no está colapsado, aunque se trata de un momento crítico. “Decir que está colapsado sería decir que no podemos dar respuesta y no es así. Estamos respondiendo en las guardias. La situación es crítica pero el sistema no está colapsado”, contestó.
Mientras resaltan a las reuniones sociales -y no actividades esenciales o laborales- como la principal causa de los brotes en la ciudad, Sáez remarcó que la causa de que tantas personas necesiten internación es que llegan en estados muy graves, por no atenderse cuando tuvieron el primer síntoma. Por eso, pidió que la gente haga la consulta cuando tenga el primer síntoma de Covid-19.
“Muchos pacientes llegan en situaciones casi terminales. Es decir tuvieron los primeros síntomas y los minimizaron: el Covid quema. Avanza muy rápido y cuando llegan en estadios muy avanzado y a veces queda poco por hacer”, alertó, y enfatizó: “Lo que tenemos que hacer es trabajar antes, evitar que los pacientes lleguen a internación”.
En una ciudad cercana, Fernández de Oro, 44 contagios detectados en un geriátrico complican aún más la situación. Todos los residentes están siendo atendidos dentro del establecimiento, pero el intendente Mariano Lavín asegura que deberían estar internados, mientras que cuatro de ellos ya fallecieron, lo cual, según planteó, deja en evidencia la falta de lugar en los hospitales.
“La situación es que no hay lugares para internar a los abuelos. Por más que estén estables necesitan internación. Esto marca la saturación del sistema y que estamos en la etapa en la cual se interna a la persona más crítica. Se elige a quién internar, porque no hay más lugar”, consideró.