Trump amenaza con suspender el Congreso porque le traban designaciones

Dijo que no dudará en utilizar un poder presidencial nunca antes usado si no declaran el receso total de las cámaras para poder aprobar las nominaciones por decreto

 

 

En medio de su pelea con la OMS y una pulseada cada vez más tensa con los gobernadores opositores por las medidas contra el coronavirus, Donald Trump abrió un nuevo frente de batalla con el Congreso al amenazar con levantar las sesiones -un poder nunca antes usado por un mandatario- porque le traban designaciones.

El presidente de Estados Unidos acusó a la bancada demócrata de estar retrasando la confirmación de decenas de designaciones “para cargos claves del Estado”, al mantener sesiones mínimas y no declarar un receso total, lo que le permitiría avanzar con las designaciones y otras iniciativas -como partidas presupuestarias- vía decretos.

“Esta práctica de irse de la ciudad mientras mantienen unas sesiones mentirosas pro forma (reuniones breves sobre temas especiales) es una falsificación de su deber que el pueblo estadounidense no puede aceptar en medio de esta crisis”, aseguró el mandatario, que calificó al actual funcionamiento del Congreso como “una estafa”.

Tras la acusación, Trump amenazó con “levantar las sesiones del Congreso”, “si no empiezan a actuar y aprueban a esta gente”, en referencia a los “cientos” de nominados que esperan ser ratificados. “Quizás este poder no se usó antes, nadie puede saberlo con certeza. Pero nosotros lo haremos. Es algo que preferiría no hacer, pero lo haré. Necesitamos a esa gente acá. Necesitamos gente para esta crisis y no queremos jugar más juegos políticos”, sentenció en su conferencia diaria en el jardín de la Casa Blanca.

La oposición controla la cámara baja y estableció que recién volverá a sesionar en pleno en Washington el próximo 4 de mayo por la declaración de emergencia. En tanto, el Senado -la cámara que ratifica las nominaciones de funcionarios designados por el presidente- está en manos del oficialismo y recién volverá a reunirse en pleno el 20 de abril. Hasta entonces mantiene “sesiones pro forma”, cortas y muy puntuales.

La sección 3 el artículo II de la Constitución otorga al presidente un poder “en ocasiones extraordinarias para convocar a ambas cámaras, o a una de ellas, y en caso de un desacuerdo entre ellas sobre cuándo deben terminar las sesiones, puede levantarlas cuando él crea que es apropiado”.

Trump no puso fecha a esta amenaza, pero sí a la próxima reunión con lo gobernadores de todo el país para definir cuándo será la reapertura de la economía. Anunció que este juees hablará con ellos y pronosticó que “algunos podrán abrir (su economía) antes del plazo del 1 de mayo”.

Este es el punto que más tensión política genera hoy en Estados Unidos: quién decidirá la reapertura de la economía y cómo lo hará.

Tras afirmar que él tiene “el poder absoluto” y desatar la furia de varios gobernadores opositores, como el Nueva York Andrew Cuomo, Trump contó en su Twitter que tuvo “llamadas muy productivas con líderes de cada sector de la economía” y adelantó que “todos están a favor de volver a poner en funcionamiento a Estados Unidos y hacerlo pronto”.

El martes Trump había anunciado que, pese a la decisión de algunos gobernadores de unirse para tomar la decisión ellos, él definiría la reapertura antes de fin de mes.

La creciente tensión entre el mandatario republicano y varios gobernadores demócratas que impusieron cuarentenas -aun cuando la Casa Blanca no las recomendaba- se volcó hoy por primera vez a las calles en forma de protesta. Una caravana de cientos de autos atravesó el centro de Lansing, la capital de Michigan, en protesta por la cuarentena que impone el gobierno de la demócrata Gretchen Whitmer.

Los autos inundaron la zona de los palacios ejecutivo y legislativo del estado, y luego cientos de personas se amontonaron, sin mascarillas, en la plaza central para reclamar que “reabran ya Michigan”. Un grupo incluso se mostró con armas de gran porte.

La gobernadora de Michigan criticó la protesta ante la prensa y advirtió que “tendrá un costo para la salud de la gente”. “La triste ironía es que están protestando porque no les gusta la orden de quedarse en las casas y ahora es probable que haya que extenderla aún más”, agregó la demócrata.

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