Francisco: “La Iglesia no continuará con evangelizaciones aburridas”

Durante la misa en la Casa Santa Marta, el papa Francisco aseguró que “no hay que avergonzarse del sentimiento de alegría de ser cristianos”, al tiempo que agregó que “la Iglesia no continuará, el Evangelio no continuará con evangelizadores aburridas y amargadas”, deslizó durante su homilía y tras las correspondientes lecturas del día

 

En el mismo sentido, continuó: “Es necesario evangelizadores alegres, llenos de vida. La alegría de recibir la Palabra de Dios, la alegría de ser cristiano, la alegría de seguir adelante, la capacidad de celebrar sin avergonzarse y no ser cristianos formales, prisioneros cristianos de las formalidades. Hay que sentir alegría cuando estamos con el Señor, en la parroquia o en los pueblos, allí la gente celebra”.

En tanto, sobre el avance del coronavirus y la creciente tasa de contagio alrededor del mundo, el Sumo pontífice expresó ayer su solidaridad y cercanía a las personas afectadas con este nuevo virus tras finalizar el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano. La presencia de ciudadanos chinos en Roma es constante y nadie descarta un contagio interno.

“Deseo permanecer cercano y rezar por las personas enfermas por el virus que se ha difundido por China. El Señor acoja a los difuntos en su paz, consuele a las familias y sostenga el gran esfuerzo de la comunidad china, que ya trabaja para combatir la epidemia”, remarcó el eclesiástico. Hasta la fecha, se contabilizaron 5.974 personas infectadas con una tasa de propagación -1 enfermo puede contagiar a 2,6 sanos-, similar a la del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) y la gripe de 2009. En medio de todo esto, comenzaron las tareas para la búsqueda de una vacuna y la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a la calma.

El coronavirus elevó a 132 el número de muertos en China, mientras los contagios se reduplicaron en 24 horas, lo que llevó al presidente Xi Jinping tomar la decisión de cerrar escuelas y universidades sin un plazo estipulado y calificar a este nuevo virus como un “demonio”. En ese marco, y ante la realidad de un escenario cada vez más preocupante, varios países analizan la repatriación inminente de sus ciudadanos.

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