Ambos temas dominaron la agenda de reuniones con el gobierno nacional. Se llevaron anticipos de coparticipación y la promesa de trato igualitario, más allá del color partidario
El desfile de gobernadores por los despachos de Casa Rosada seguirá esta semana. El principal articulador es el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, quien monitorea la situación fiscal de los distintos distritos a la vez que mantiene informado a Alberto Fernández. La decisión fue recibir y ayudar a todos, más allá del color partidario. De hecho, para esta semana se espera la presencia de un gobernador que no fue afín a la campaña electoral del peronismo.
La recorrida de los gobernadores por los despachos del gobierno central empieza por Interior pero sigue con Educación, Obra Pública, que conduce Gabriel Katopodis, Trabajo con Claudio Moroni y Producción de Matías Kulfas. Las dos principales preocupaciones de los mandatarios provinciales se basan en el bono a los estatales, de 4 mil pesos, anunciado por el gobierno nacional, y la futura implementación de la paritaria nacional docente, que estaría cerrada a fines de enero, según confiaron fuentes del ministerio de Educación. Este último punto genera inquietud en los gobernadores que temen que la recomposición salarial de los sueldos docentes sea un incentivo para que resto de los trabajadores estatales reclame subas mayores en sus correspondientes paritarias.
De hecho, la dilación del anuncio del acuerdo salarial denunciada por los gremios docentes se debió al pedido desesperado de los gobernadores, que incluso llegaron a plantear la regionalización del instrumento ya que argumentan que muchas provincias son histórica y estructuralmente menos desarrolladas que otras.
Desde Interior destacan que si bien el bono y la paritaria docente implican una erogación en medio de la crisis fiscal de los distritos, ningún mandatario dijo que no asumiría esos compromisos.
La evaluación que hacen desde el ministerio del Interior es que hay dos tipos de provincias, aquellas cuyas finanzas están en llamas y otras que atraviesan una situación un poco menos ajustada. Es que el pacto fiscal a las que fueron sometidas por el gobierno de Mauricio Macri les permitió endeudarse en dólares, a la par de la Nación, pero les quitó la posibilidad de autofinanciarse a través de impuestos como Ingresos Brutos.
Las quejas que surgieron a partir de la ayuda que Nación anunció el pasado martes, de 5.650 millones de pesos a cinco provincias gobernadas por el peronismo (Tucumán, Santa Cruz, Río Negro, Chaco y Chubut) se vieron aplacadas luego de que el jueves De Pedro recibiera a los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales (UCR-Juntos por el Cambio); de Entre Ríos, Gustavo Bordet (PJ) y de La Rioja, Ricardo Quintela (PJ), mandatarios que atraviesan la misma problemática financiera. Jujuy es una de las que está en peor situación ya que su endeudamiento en dólares asciende a 1717 millones, según datos del ministerio de Hacienda provincial. De hecho, Morales tomó deuda a mediados de 2019 por 547 millones de dólares. El mandatario se fue aliviado el jueves tras la reunión con De Pedro y así lo contó a la prensa a la salida. Es que estuvo analizando la sitaución con la economista Silvina Batakis, secretaria de Relaciones con las provincias. Según trascendió, se fue con la promesa del envío de 40 millones de pesos.
Una de las provincias que está en una situación desesperante es Chubut, cuya administración, a cargo de Mariano Arcioni, puso en vilo a todos los trabajadores estatales y desató una crisis económica y política que terminó con la muerte en un accidente de auto de dos docentes que participaban de las protestas. Arcioni anunció que pagará el medio aguinaldo de diciembre con los fondos que le llegarán desde Nación.
Otro que estuvo más de una hora reunido con Batakis fue Sergio Uñac de San Juan, quien también pudo detallar la situación que atraviesa su provincia. Sergio Ziliotto, de La Pampa, muestra una de las situaciones fiscales más prolijas de todas. Es que su antecesor, Carlos Verna se cuidó de no firmar el pacto fiscal macrista, que consideró extorsivo ya que la rúbrica hubiera exigido la extinción de la demanda judicial que tiene ese distrito con la Nación, un reclamo que Ziliotto recordó a De Pedro esta semana.
Es que el punto final que puso la administración Fernández al pacto fiscal macrista alivió a todos los gobernadores y gobernadoras, ya que la crisis atraviesa a provincias ricas y pobres por igual. Santa Fe, Neuquén, Mendoza, La Pampa, Chaco, Córdoba, Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires registran números rojos en sus finanzas.
Por lo pronto, las provincias deberán devolver el préstamo a las arcas nacionales dentro del mes de su otorgamiento, a través de las retenciones en el reparto de los impuestos coparticipados, aunque se acordó que, en caso de necesitarlo, se podrían ampliar los plazos de devolución. “Se atacó lo urgente, ahora se va a empezar a evaluar si esta primera medida empieza a dar resultado y cómo se reordenan las cuentas”, abundaron en Interior.