En el séptimo día, las manifestaciones populares transcurrieron en calma y la nota alegre la pusieron los marchantes que se tomaron las calles con cacerolas, instrumentos musicales, bailes y pitos en homenaje a Dilan Cruz, el joven muerto en una acción de la policía antimotines
Cuando arriba el mediodía de este miércoles empezaron las primeras concentraciones en parques y en lugares estratégicos de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena y en otras ciudades, donde los jóvenes con banderas y carteles mantuvieron viva la protesta, que empezó el jueves de la semana anterior.
Aunque la marcha masiva del 21N no se repitió, la huelga de hoy tuvo un flujo constante de personas que aún en la noche se mantenían en la Plaza de Bolívar de Bogotá y en otros parques y zonas de la capital, el mayor epicentro de las protestas nacionales.
Los más afectados en todo esto fueron los usuarios del servicio de transporte público puesto que las vías exclusivas por donde transitan los autobuses fueron ocupadas por los marchantes, lo que llevó a la cancelación del servicio y obligó a miles de trabajadores a regresar a pie a sus casas.
De todo lo ocurrió este miércoles, el hecho más significativo fue el “cacerolazo sinfónico” que se llevó a cabo en el Parque de los Hippies, al norte de Bogotá, a donde llegaron unos 350 músicos con sus instrumentos y partituras para interpretar en clave sinfónica música popular y piezas clásicas.
El lugar se colmó de protestantes y vecinos del sector que bailaron, cantaron y aplaudieron a los músicos, lo que le puso otro tono a la protesta, que en días anteriores estuvo marcada por desafueros de vándalos y la respuesta agresiva de las autoridades.
Mientras en las calles los jóvenes se divertían sin ocultar su descontento reflejado en carteles en los que el presidente, Iván Duque, era el principal objeto de sus mordaces mensajes; en Casa de Nariño (sede de gobierno) el jefe de Estado sostenía una charla con representantes del sector educativo.
Al encuentro asistieron profesores, estudiantes de universidades públicas y privadas; la ministra de Educación, María Victoria Angulo; la vicepresidente, Marta Lucía Ramírez; y las dos personas a quienes el gobierno delegó para liderar la gran “conversación nacional”, que es la respuesta oficial a la huelga, en materia educativa.
Uno de esos encargados, Moisés Wasserman, académico y exrector de la Universidad Nacional de Colombia, dijo que se marchaba de ese primer encuentro “optimista” puesto que “la reunión fue muy positiva en medio de angustias y presentación problemas” porque todos parecían “bastante optimistas sobre nuestro futuro”.
Los estudiantes universitarios, quienes junto a los profesores y los sindicatos de trabajadores integran el Comité Nacional de Paro que citó a la huelga general, coincidieron en el pedido urgente al gobierno de ampliar el acceso a los jóvenes a la educación superior y crear las condiciones para que luego puedan incorporarse al mercado laboral.
Dilan Cruz, el joven de 18 años que falleció el martes tras recibir el impacto de un artefacto disparado por la policía antimotines, fue herido el sábado cuando protestaban pacíficamente para pedir como muchos otros de su generación la posibilidad de ir a la universidad sin endeudarse.
Entre tanto, el Comité Nacional de Paro se reunió hoy con el presidente del Senado, Lidio García, y otros legisladores con quienes discutieron los 13 puntos que le plantearon en la víspera al Jefe de Estado y que los congresistas prometieron también estudiar y fijar una posición frente a la huelga en general.
