Por qué Trump se opone a las nuevas bombitas de luz eficientes

La Administración del presidente Donald Trump cedió finalmente a las presiones del lobby de las lámparas de luz y decidió eliminar los nuevos estándares para las bombillas que ahorran energía y que debían entrar en vigor el 1 de enero de 2020. Gracias a las actuales lámparas de ahorro de energía los consumos energéticos de las familias estadounidenses bajaron 6% en 2010. Sin embargo, las bombitas led “gracias a su larga vida pueden llevar a un ahorro entre los 50 y 100 dólares en el arco de varios años con un costo inferior a 2 dólares por cada unidad”

De esta manera, el mandatario estadounidense derogó las normas que buscaban acelerar la desaparición de las bombillas incandescentes a partir del 2020, decisión que se enmarca dentro de un nuevo episodio de la desregulación ambiental que el presidente promueve desde el 2017. En el país del norte, las bombillas incandescentes están en declive hace años, luego de que entrara en vigor una ley aprobada en el 2007 que vuelve obligatorios ciertos niveles de ahorro de energía que las bombillas tradicionales con lamento.

A diferencia de Europa, esas bombillas no han desaparecido en Estados Unidos. Las normas de ahorro de energía de la ley del 2007 no se aplican a millones de otras bombillas incandescentes, como las pequeñas bombillas en formas variadas, las bombitas coloreadas, con forma de proyector o las de forma tubular. Como sea, estas opciones siguen presentes en el mercado.

En tanto, las bombitas led que se comercializan masivamente desde el 2012, han tenido un gran éxito en los últimos años y representan en el país la mayor parte de las ventas de bombillas de uso doméstico. El gobierno de Estados Unidos estima que 275 millones de bombillas incandescentes de formas especiales que no están contempladas en la normativa más estricta se vendieron durante el primer semestre de 2018.

Trump, detrás del pulmón verde

Sin tiempo ni para respirar. Mientras continúan las polémicas sobre los incendios en el Amazonas y la necesidad urgente de dominar el fuego, el presidente estadounidense, Donald Trump, quiere revocar las restricciones que por casi 20 años protegen el bosque nacional Tongass en Alaska, la más grande selva tropical templada húmeda del mundo. Es decir, está en la mira para poder ser explotada.

Por si aún no se entendió, se trata de más de 68.000 kilómetros cuadrados de naturaleza virgen, “con abetos, cedros y cicuta, ríos ricos en salmones, fiordos impresionantes, rarísimas especies de flora y fauna”, cita la agencia ANSA. Ante esto, Trump ya ordenó al ministro de Agricultura, Sonny Perdue, examinar este otro pulmón del planeta tras los límites impuestos por Bill Clinton poco antes de terminar su presidencia en 2001.

En ese entonces, Clinton había prohibido la deforestación y la construcción de caminos sobre 234.000 kilómetros cuadrados de bosques nacionales subdesarrollados en todo el país. Su sucesor, George W. Bush, intentó anular esta decisión y ahora, según el diario Washington Post, el magnate va detrás del mismo objetivo. Por ello, de concretarlo, las consecuencias serán una inmensa forestación, actividad minera y proyectos energéticos, todo poniendo en serio riesgo al ecosistema del lugar.

Según Washington Post, la gestión de los bosques se ha convertido en una obsesión para Trump, que ya logró cambiar la ley y aumentar la tala de árboles en estos territorios protegidos. Todo esto, en medio de los incendios en el Amazonas, que causó el impacto mundial ante el peligro que representa perder un recurso tan valioso como esta selva de interés mundial.

Después de las críticas de la semana pasada por los líderes mundiales y protestas en las embajadas de Brasil contra la administración de Jair Bolsonaro en distintos países, el Gobierno brasileño ha decidido tomar cartas en el asunto para proteger al “pulmón vegetal del planeta“. Desde este domingo dos aviones Hércules C-130 trabajaron en combatir las llamas que están azotando la selva amazónica.

Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, solamente entre el viernes y el sábado se registraron 1.130 nuevos incendios, que de acuerdo a esta información en su mayoría se han declarado en la cuenca del río Amazonas. Asimismo, el Ministerio de Defensa declaró que los aviones ya comenzaron a echar miles de litros de agua sobre las llamas. Los incendios se han expandido a tal punto, que la ciudad de Porto Velho en el estado de Rondonia (noroeste) estaba cubierta este domingo por un fuerte humo.

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