Evalúan dividir causa. Objetivo: que investigación no apunte a Arribas ni a estructura de espionaje estatal. Stornelli, “daño colateral”
La causa por espionaje ilegal que se tramita en el juzgado federal de Dolores se aproxima a una definición clave sobre su continuidad. La Cámara Federal de Mar del Plata, segura del respaldo que iba a dar al juez Alejo Ramos Padilla para que la instruya, por la magnitud que adquirió el expediente, ahora cavila acerca del modo que resolverá la cuestión de la competencia. De los tres escenarios posibles, que incluyen dejar todo en manos del magistrado, enviar todo hacia Comodoro Py como pide la fiscalía, o desmembrar el caso para subdividirlo en investigaciones más acotadas, se inclina por este último, en un fallo que aspira a conocerse esta semana. En el mundo subterráneo, la política movió sus fichas para asegurar una sola cuestión: la causa que involucra al falso abogado Marcelo D’Alessio no puede convertirse en un caso “Watergate” para la administración de Mauricio Macri en un año electoral. Como había adelantado Ámbito Financiero, la aparente vinculación a las maniobras de espionaje ilegal con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que conduce Gustavo Arribas funcionó como bisagra para condicionar el futuro de la causa. Tocar a Arribas, significa mucho más que apuntar al hombre que alquila y vive en la casa del Presidente, sino a su propia investidura.
La AFI fue vinculada no solo por la declaración del fiscal Juan Bidone. También como emisaria al juez Luis Carzoglio para conocer anticipadamente un fallo referido a Hugo Moyano, y con estrechos lazos con la organización de D’Alessio y una constelación de espías inorgánicos fuera de control. El mensaje que bajó dentro del Poder Judicial fue el de “cuidar la investigación”. Esto no significa que deba quedar todo bajo la órbita de Ramos Padilla. Si algún tramo desembarcara en Comodoro Py, la inercia que adquirió la prueba recolectada volvería imposible su desactivación. En el fondo, también podría ser una prueba de fuego para los tribunales federales con asiento en Retiro: deberán resolver un problema que surgió en sus entrañas, y de cara a la sociedad, si no quieren profundizar el descrédito en el que está inmerso. En los pasillos judiciales reconocen que cuentan con una ventaja. Pese a ser uno de los fiscales más destacados allí, Carlos Stornelli no representa a Comodoro Py. Es un dato político que no tranquiliza al investigador del caso “cuadernos”, alineado con la denominada “Línea Boca” presente en los tribunales. Asoma una nueva “grieta” entre quienes observan la cuestión como un problema ajeno. Como una “pyme” que quedó expuesta y por la que no deben responder de manera orgánica. Preocupados están también los jueces del fuero penal económico que se inquietan con cada nueva revelación que proviene de Dolores. Muchos de ellos tenían relación directa con el falso abogado.
Cualquiera de los tres escenarios lo colocarán en una situación incómoda por las pruebas que lo vinculan a la organización paraestatal. Su recusación a uno de los integrantes del Consejo Evaluador de la Procuración General Alejandro Alagia fue leído como una confesión: el fiscal general dijo hacia cuatro años que había “fiscales de instrucción manipulados por los servicios de inteligencia”. ¿Por qué Stornelli consideró perjudicial para su caso esa afirmación?
La señal para la subdivisión de la causa fue interpretada a partir de la propia jugada de Ramos Padilla para escindir la maniobra de lavado de dinero por la que también investiga a D’Alessio y sus socios a partir de un diálogo sugerente de Whatsapp. El kirchnerismo salió con desesperación a denunciar una maniobra de encubrimiento. No supo que, en simultáneo, desde el Gobierno y Comodoro Py hubo mensajes subterráneos que echaban a correr el mismo rumor con objetivo inverso. No hay voluntarios para recibir el “paquete” de Ramos Padilla en Retiro. Los próximos pasos de Julián Ercolini para avanzar en la denuncia que formuló Elisa Carrió por un supuesto complot de presos K para pergeñar la maniobra que sacó a la luz este escándalo puede funcionar como un termómetro. Claudio Bonadio la rechazó y el juez Luis Rodríguez, que tenía una denuncia melliza, la consideró análoga por protagonistas a lo que instruye Ramos Padilla y se lo envió a Dolores. Rodríguez tiene a su cargo la denuncia más antigua contra D’Alessio por la extorsión a Gabriel Traficante, por la que procesó al falso abogado. Sería el destinatario natural. Mala noticia para Stornelli que aprovechó la confesión de la viuda de Daniel Muñoz, Carolina Pochetti para envolverlo en sospechas de corrupción por antiguas “factura” relacionadas con las escuderías que se sacan chispas al interior de los tribunales.
Como con “cuadernos”, existe la necesidad política de comenzar a delinear los límites de la onda expansiva de la causa D´Alessio. Y la primera figura a preservar es la de Arribas para que la causa no mute en una investigación sobre un presunto espionaje apoyado en la estructura estatal. La semana corta será decisiva.