Los principales referentes de PRO y la UCR se reunirán este miércoles para restablecer relaciones, luego de las peleas y acusaciones por la pérdida de una banca en el Consejo de la Magistratura
Luego de la crisis interna del oficialismo por la pérdida de un sillón en el Consejo de la Magistratura, este miércoles habrá una “cumbre” en la Casa Rosada entre autoridades del PRO y la UCR para “limar asperezas y acercar posiciones” entre ambos partidos.
Por el macrismo participarán el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el ministro del Interior Rogelio Frigerio y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
“No está confirmada en un cien por ciento, pero está prevista para media mañana”, contestó a este medio una fuente de Casa Rosada, que mencionó reuniones previas entre ambos partidos.
En la conducción nacional de la UCR confirmaron la reunión y deslizaron la presencia del cinco autoridades partidarias: el gobernador mendocino y titular del Comité Nacional Alfredo Cornejo -aunque su presencia está en duda por un problema familiar-, su pares de Jujuy, Gerardo Morales, y de Corrientes, Gustavo Valdés, y las dos jefes de bancada en el Congreso: el diputado Mario Negri y el senador Luis Naidenoff.
En Balcarce 50 tomaron la lista de invitados radicales con pinzas. “Es posible que Valdés y Cornejo no participen por problemas de agenda. Los gobernadores están con sus temas de gestión de cierre de año. Es difícil que viajen, porque todos estamos enfocados en los temas de verdadera urgencia”, espetó una fuente del Gobierno para bajarle el tono a la cita, por una razón de peso.
“Lo importante era limar asperezas y cerrar filas para las extraordinarias. Y de eso se ocupó Emilio (Monzó) que estuvo reunido con Negri. Con lo cual no veo problemas si se posterga para más adelante. No vemos temas de urgencia. Sobre todo si Monzó y Negri ya se reunieron”, concluyó la fuente en referencia a los encuentros que mantuvieron ambos para acordar una agenda de sesiones extraordinarias en el Congreso: una medida que hasta el jueves estaba descartada por el nivel de la tensión entre los dos principales socios de Cambiemos.