La Corte de La Haya asestó un golpe al sueño de Bolivia de volver al mar

Rechazó por amplia mayoría un pedido del gobierno de Evo Morales para que obligue a Chile a negociar. Dijo que ningún acuerdo previo lo contempla y fortaleció los argumentos de Santiago

 

 

 

 

El optimismo reinante en Bolivia respecto del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya se esfumó este lunes cuando el tribunal sentenció que Chile no está obligado por ningún tratado a negociar una salida al mar para aquel país.

 

Por 12 votos contra 3, los magistrados de la CIJ establecieron que el Estado chileno “no está jurídicamente obligado (a negociar un acceso soberano de Bolivia al océano Pacífico), porque ningún acuerdo o tratado firmados por ambos países a lo largo de los años así lo establece y porque tampoco lo indican otras resoluciones internacionales”, según anunció el presidente del tribunal, el somalí Abdulqawi Ahmed Yusuf.

 

Para consuelo del gobierno de Evo Morales, con todo, el tribunal internacional instó a ambos países a “seguir dialogando en busca de una solución” al conflicto.

 

Poniéndose al frente de un amplio consenso nacional que definió como “política de Estado”, Morales, que incluso involucró en la cuestión a sus antecesores, llevó el caso a la CIJ en 2013 con la esperanza de que esa corte fallara a favor de un comienzo de negociaciones serias sobre la salida al mar de Bolivia. No se esperaba que el fallo de ayer aludiera a la cuestión de fondo, resabio de la Guerra del Pacífico, librada entre 1879 y 1884 y que implicó para Bolivia la pérdida de 120.000 kilómetros cuadrados de territorio rico en minerales y una franja costera de 400 kilómetros.

 

Morales había mantenido un diálogo, siempre infructuoso, con Michelle Bachelet durante el primer mandato de esta entre 2006 y 2010, pero el mismo naufragó con la llegada al poder de Sebastián Piñera al poder en marzo de ese año. Con el conservador de nuevo en La Moneda, las esperanzas de un reinicio de las negociaciones son hoy muy reducidas.

 

Para restablecer esos contactos, Bolivia pretende que se reabra el Tratado de Paz de 1904, que consolida la actual situación limítrofe.

 

Esta le impone una “dependencia y sobrecostos logísticos” para desarrollar su comercio exterior a de puertos chilenos. Ante esto, le pidió al CIJ que declarara la obligación de Chile de volver a negociar “de buena fe” y honrando “promesas” que Chile olvidó porque “parece sufrir amnesia colectiva”, según la representante legal de Bolivia, la abogada francesa Monique Chemillier.

 

Al no considerar que los tratados en vigencia permiten reabrir la cuestión de fondo, la CIJ fortalece decisivamente el argumento chileno de cara al futuro.

 

Poco antes de que se conociera el fallo, Morales, que había viajado a La Haya por imaginar un final diferente, había dado a conocer una declaración en la que afirmaba que Bolivia estaría más cerca de volver al mar. El desenlace comienza a multiplicar en ese país las voces críticas con el mandatario, a quien acusan de haber llevado al país a una derrota judicial que hará más difíciles futuros intentos negociadores.

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