Tienen dudas y a la oposición no le interesa avanzar. Sólo hay en carpeta una reunión informativa en Diputados
La ley para regular el financiamiento de los partidos políticos quedó empantanada en la Cámara de Diputados porque a la resistencia opositora se sumaron diferencias dentro de Cambiemos.
A Elisa Carrió y algunos diputados de la UCR no les convence que las empresas puedan financiar a partidos políticos, como permite el proyecto redactado por Adrián Pérez, secretario de Asuntos Políticos e Institucionales.
Según esa versión, podrían aportar hasta un 2% de los gastos de un partido durante las campañas, que deberían además bancarizar todos sus gastos. Claro que también podrían contribuir a la fuerza política fuera de la etapa electoral.
Carrió tiene historia en el tema. Nunca permitió que el ARI reciba dinero de empresas y quienes pasaron por sus filas cuentan que fue capaz de devolver dinero si detectaba un origen dudoso.
En la UCR parecía haber acuerdo pero, como suele ocurrir en esta fuerza, aparecieron algunas voces en contra. “Primero decían que sí, ahora tienen dudas. Así va a ser difícil”, dijo un referente del PRO.
En la oposición no hubo voces de apoyo. Graciela Camaño, jefa del massismo, calificó el proyecto de “muy malo” y prefirió que las empresas sigan sin aparecer en las campañas políticas.
“Darle preeminencia al financiamiento privado puede ser peligroso”, aportó el salteño Pablo Kosiner, presidente del bloque Argentina Federal. Máximo Kirchner presentó su proyecto para distribuir cuotas de publicidad digital y no permitir aportes de privados.
En la UCR también hay respaldo: Karina Banfi es una experta en estos temas y cree que prohibir ayuda de las empresas es peor. “Es mejor habilitar los aportes con una reglamentación precisa y no dejar que haya una ventanilla paralela”, dijo. En este clima, sólo habría una reunión informativa de la Comisión de Asuntos Constitucionales para definir la agenda.
Pérez trabajó en este proyecto el año pasado con apoderados de todos los partidos políticos, preveían anunciarlo antes de fin de año, pero aceleraron el trámite cuando se desató el escándalo de los aportantes truchos en la última campaña.
Aún no había surgido en escándalo de los cuadernos que llevó a los principales empresarios del país a Tribunales o al calabozo. No pocos diputados se preguntan si es oportuno de abrir una cuenta para que deposite la patria contratista.
En este clima, la ley tendrá un largo peregrinaje en Diputados y si lograra sortear esa Cámara no será sencillo que pase el filtro del Senado, siempre reacio a regulaciones electorales, que puedan marcar una tendencia incómoda para sus provincias. No parece ser la excepción.