Grecia recibió ayer 15.000 millones de euros, la última parte de la ayuda concedida por sus acreedores de la zona euro para cubrir sus necesidades financieras. De esta manera salió del mayor rescate en la historia económica después de nueve años de austeridad impuesta por los acreedores, y aunque las instituciones europeas elogiaron el fin del programa como un éxito, el pueblo griego no encuentra aún razones para celebrar. Los números hablan por sí solos
Recibió € 288.000 millones
A Grecia le giraron casi 300.000 millones de euros desde 2010, una ayuda que provino del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, por medio de tres programas diferentes. Hasta el domingo, el desembolso ascendía a 273.000 millones de euros, a los que hay que agregar los 15.000 millones de euros que se pagaron ayer.
Este último paquete de ayuda financiera del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE) prevé la asignación de 9.500 millones de euros a la reserva de la tesorería de Grecia y de 5500 millones de euros al servicio de deuda, según precisó el director del MEE, Klaus Regling, en un comunicado. Tras el desembolso, la reserva de la tesorería contará con unos 24.000 millones de euros, precisó Regling. “Esta suma cubriría alrededor de 22 meses de necesidades de financiación”, subrayó.
El monto que recibió Grecia ayer había sido aprobado por los ministros de Finanzas de la zona euro el 22 de junio.
Crecería un 2% este año
Se espera crecimiento para este año, mientras que para 2019 el pronóstico es de 2,4%.Los números son alentadores si se tiene en cuenta que hubo contracción de la economía en ocho de los últimos diez años.
Como resultado del ajuste que el gobierno debió aplicar a cambio de los salvatajes, el Producto Bruto Interno se evaporó. En 2010, la economía griega tenía un valor de 260.000 millones de euros (alrededor de u$s300.000 millones). Según el Banco Mundial, el año pasado el PBI ascendió a 177.000 millones de euros (unos u$s 200.00 millones). De hecho, el primer año que se registró crecimiento fue en 2017.
“El fin del programa de ayuda será una etapa importante para el país. Grecia deberá demostrar ahora a sus socios y a los mercados que se comprometió a no revertir las reformas realizadas y a continuar las políticas económicas y presupuestarias duraderas necesarias a largo plazo para convertirse en una economía robusta que genera crecimiento y empleos”, sostuvo el director del MEE, Klaus Regling.
El nivel de desempleo es del 20%
La situación del empleo sigue siendo delicada, ya que al ubicarse en 20% está muy lejos de llegar a niveles de una sola cifra, considerados más saludables para la economía. No obstante, el desempleo había alcanzado niveles más altos: en 2013 llegó a un máximo de 27,5%.
El primer ministro, Alexis Tsipras, que desde su llegada en enero de 2015 siempre ha gobernado en el marco de los planes de rescate financiero, indicó en junio que quería instaurar más “justicia social” a partir de ahora, pero Grecia todavía no es totalmente libre, dado que el gobierno ya tuvo que legislar por adelantado nuevas reformas para 2019 y 2020 y continuará bajo vigilancia varios años.
Tsipras tiene previsto dirigirse hoy a la nación para señalar la recuperación de la soberanía fiscal y la capacidad de fijar sus propias políticas económicas. Los medios griegos se mofaron, dijeron que ofrecería su discurso desde Ítaca, la isla a la que Ulises regresó después de la guerra de Troya tras un viaje de 10 años relatado por el poeta Homero en “La Odisea”.
Una deuda en 180% del PBI
El nivel actual del endeudamiento sobre el PBI genera incertidumbre sobre si este nivel es sostenible en el largo plazo. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo dudaba, y al no haber convencido a los demás países europeos de realmente reducirlo, el FMI se mantuvo al margen del tercer plan.
Se pronostica que la deuda pública alcanzará su punto máximo este año en más del 188% del PBI antes de caer al 151% en 2023, el año en que Grecia debe realizar otra revisión y un posible alivio de la deuda.
El país cuenta ya con fondos para reembolsar sus préstamos hasta finales de 2022, de modo que puede permitirse elegir hasta entonces los momentos más favorables para solicitar los mercados de capitales.
“Los rescates financieros han alcanzado su objetivo: restaurar el grado de confianza inversionista y el acceso al mercado”, dijo Mujtaba Rahman, director ejecutivo de Europa de Eurasia Group. “Grecia puede acceder a los mercados capitales y generar dinero por sí misma”, agregó.
El riesgo es de 406 puntos
Cedió la aversión al riesgo de los inversores. Los 406 puntos es el resultado de la comparación es de los bonos griegos contra los títulos alemanes, deuda considerada más segura o de refugio.
En lo que va del año, este indicador equivalente al riesgo país, aumentó 37 unidades, pero si se toma el dato interanual, se verifica una caída de 114 puntos.
El pico máximo fue cercano a los 3500 puntos, a principios de 2012, cuando la crisis griega ponía en duda la supervivencia del euro y la Unión Europea como bloque económico. Para la segunda mitad de 2015 hubo un nuevo pico, la prima de riesgo se acercó a los 2000 puntos, pero ya entrado el 2016 se normalizó por debajo de las 1000 unidades.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, celebró vía Twitter: “Grecia cuenta ahora con un sólido colchón para facilitar su regreso a la financiación en los mercados”. Restará ver cuánto entusiasmo tendrán los inversores por tomar deuda de un país que todavía no se levantó.