La UIA confirmó la crisis industrial a partir del hundimiento del consumo masivo, apenas sostenida hasta junio por los resabios de la obra pública que dejará de traccionar en la segunda mitad del año y que llevará a todos los sectores fabriles a estar en plena recesión. Así se explica el fuerte malestar de los empresarios manufactureros, alejados de los pedidos de “sacrificio” que replicaron otros hombres de negocios ante la contracción sectorial
El informe mostró una caída del 8,4% en la actividad industrial durante junio, que si bien se vio un “comportamiento heterogéneo entre los bloques industriales”, sólo uno de los sectores creció: metales básicos. El acero no plano, utilizado para la obra pública y la energía en Vaca Muerta, principalmente, explicaron la bonanza del rubro, que sin embargo vio reducido los subproductos como laminados en caliente (-7,9%), y el aluminio (-16% interanual).
En torno a caídas del 4% se ubicaron alimentos y bebidas, minerales no metálicos y metalmecánica. Automotriz, textiles y producción de sustancias y productos químicos presentaron caídas más pronunciadas. Todos estos sectores fueron influenciados por la drástica caída del consumo interno.
En tanto, el CEU de la UIA señaló que la producción del sector automotriz en junio cayó -13,4% en términos interanuales, acumulando una suba de 10%. “Esta caída se explica por una caída interanual en las ventas de vehículos a concesionarias”, destacó el informe.
La producción metalúrgica cayó -4,4%, acumulando una suba de 0,2% en el primer semestre. La dinámica de la mayoría de los rubros que componen al sector fue negativa, en donde las mayores caídas fueron en maquinaria agrícola y autopartes. Los únicos sectores con subas fueron fundición y equipos y aparatos eléctricos.
La foto de la recesión industrial se reflejó en la utilización de la capacidad instalada, con casi un 40% de máquinas en desuso. Los bloques sectoriales que presentan niveles inferiores al general son: edición e impresión (60,1%), productos alimenticios y bebidas (59,1%), productos textiles (55,4%), productos de caucho y plástico (54,8%), la metalmecánica excepto automotores (56,9%) y la industria automotriz (47,7%).