Los nuevos empleos, aun los precarios, generan ingresos que permiten salir de la pobreza. En 2017, los salarios le ganaron a los precios, que aceleraron en diciembre
Pese a que la inflación se acelera y se crea empleo, pero aún precario mayormente, el Gobierno anunciará hoy una baja en el índice de pobreza en el segundo semestre de 2017, que es “significativa”, según anticiparon fuentes oficiales. El dato previo a mejorar es del 28,6%, del primer semestre del año pasado.
En la Quinta de Olivos, el presidente Mauricio Macri estará acompañado por la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el titular de Trabajo, Jorge Triaca, para anunciar la mejora del dato de pobreza. Se trata de un alivio para el Gobierno, cuyo slogan es lograr la llamada “pobreza cero”. El ordenamiento de la macroeconomía que encaró ni bien asumió produjo un aumento en el indicador hasta que alcanzó el 30,3%, en el segundo semestre de 2016.
El año pasado, los salarios le ganaron a la inflación y no hubo una baja del desempleo, aunque en manos del trabajo en negro y de monotributistas, por lo cual el nivel de pobreza se acercaría a los de 2015, cuando Macri asumió el poder.
Este anuncio se dará en un contexto de aceleración de la inflación. Ayer el Indec publicó que la canasta básica total aumentó 3,3% en febrero pasado (y acumula 24,2% en un año), con lo que una familia tipo, compuesta por dos adultos y dos menores, necesitó ingresos por $17.537,88 para no caer en la pobreza. En tanto, la canasta básica alimentaria aumentó 2,9% (y 28,3% anual), por lo cual la misma familia necesitó contar con $ 6.987,20 para comprar la cantidad mínima de alimentos y no caer en la indigencia.
En tanto, el Indec también publicó ayer el informe económico del Mercado de Trabajo, del cual se desprende que la canasta de personas empleadas creció a 53,9% en el cuarto trimestre de 2017 desde 52,6% del cuarto trimestre de 2016, por encima de la cantidad de personas en actividad, a 58,1% desde el 56,9%. Así el desempleo cayó a 7,2% desde 7,6% en el mismo plazo.
Pero esa creación de empleo fue altamente precaria: el 40% de los nuevos ocupados ejercen en el sector informal. En el mismo período la cantidad de asalariados en negro subió de 33,6 a 34,2%. En tanto, la cantidad de no asalariados que incluye cuentapropistas y dueños de empresas aumentó a 25,2% desde 24,6%, mientras que los asalariados se redujeron a 74% desde el 75,4%.
“El efecto de la inflación subiendo no afecta al índice de pobreza porque está sucediendo ahora, en 2018, y en diciembre fue fuerte, pero la medida de pobreza es de seis meses y no se va a reflejar tanto en la medición”, dijo el sociólogo Daniel Schteingart, quien pronosticó que el anuncio está en torno al 26%. En cambio, estimó que la indigencia se reducirá a 5%, frente al 4,8% en 2015.
“Había gente que no tenía trabajo. Y aumenta el porcentaje de gente en negro, pero esa persona antes ganaba cero y ahora tiene un ingreso”, dijo Schteingart. “Sería un empleo precario que te permite bajar la pobreza. Es frágil, intermitente, volátil, pero en el corto plazo te hace bajar la pobreza”, agregó.
Para Lorenzo Sigaut Graviña, economista jefe de Ecolatina, la mejora en la pobreza se explica porque los salarios le ganaron a la inflación el año pasado. En tanto, a los fines de bajar la pobreza, “es mejor tener un empleo precario que no tener empleo. Si una familia es pobre y contaba con un solo con un solo ingreso estaba más vulnerable que si suma un empleo precario. Si esos puestos de trabajo se consolidan y aumenta la formalidad, se está en el paso correcto”.
En cambio, 2018 será un año desafiante para seguir bajando la pobreza. Ecolatina espera que los salarios estén reñidos con la inflación y que el empleo crezca al ritmo de la población.
“No vemos una mejora del salario real significativa en 2018 y se frenaría la reducción de la pobreza, pero si se logra crear empleo, hay un plus para reducir la pobreza por creación de puestos de trabajo”, dijo Sigaut Graviña.
Según el Observatorio Social de la Universidad Católica, la pobreza abarcaba al 29,7% de las personas en 2015, luego subió al 32,9% en 2016, para descender al 28,6% en el tercer trimestre de 2017.
El deterioro de la social se debió al ajuste de la economía que encaró el Gobierno, que aceleró la inflación y destruyó puestos de trabajo: “El impacto inflacionario de la devaluación, sumado a los efectos recesivos de las medidas de ajustes adoptadas, elevaron significativamente las tasas de pobreza en 2016. En el último período 2016-2017, las tasas de pobreza retomaron su tendencia descendente. Sin embargo, de manera similar a lo que ocurre en términos de indigencia, los valores de estos indicadores son relativamente similares a lo evidenciados en el año 2010”, dice el último informe. Entre 2010 y 2011 la pobreza se redujo, debido a la reactivación económica y las transferencias de ingresos hacia los sectores más vulnerables.