Se trata de La Suipachense a cargo de Maralac, administradora de ARSA, que quebró la semana pasada. El pedido de quiebra fue presentado el 27 de octubre
Tras el fracaso del concurso preventivo y luego de siete décadas en la industria láctea, el Juzgado Civil y Comercial N°7 de Mercedes decretó la quiebra de La Suipachense, dejando sin empleo a 140 trabajadores. La histórica empresa bonaerense estaba controlada por Maralac, el mismo grupo de capitales venezolanos que administraba Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), firma que también fue declarada en quiebra la semana pasada.
Su planta ubicada en la localidad de Suipacha llevaba más de tres meses sin actividad y era manejada por los empresarios venezolanos Manuel y Alfredo Fernández. Además, el juez ordenó la inhabilitación definitiva de la compañía, la inhibición general de bienes y la clausura del establecimiento, con la incautación de documentación y el retiro de libros contables.
El empresario Jorge Luis Borges León fue inhabilitado para ejercer funciones comerciales por un año y deberá pedir autorización judicial para salir del país. También deberá entregar las llaves y acceso digitales del predio a la sindicatura.
El juez decretó también la liquidación total de la compañía y el cierre definitivo de sus plantas ubicadas en Córdoba y Lincoln, que empleaban a 400 personas. A fines de octubre, la Justicia exigió a la firma presentar un plan de acción para retomar la actividad, pero eso no ocurrió.
Desde septiembre, la planta estaba paralizada y los empleados montaron un acampe en la puerta para reclamar una solución. Trabajadores y vecinos de Suipacha y Chivilcoy realizaron distintas protestas, después de que la empresa despidiera a nueve administradores y amenazara con más cesantías.
El pedido de quiebra fue presentado el 27 de octubre por el abogado Julián Coronel. En su presentación advirtió sobre la “delicada y grave situación de los trabajadores” y la imposibilidad de que la firma pudiera retomar con la actividad.
Con este desenlace, el caso de La Suipachense se suma al de ARSA, la elaboradora de los yogures y postres SanCor, declarada en quiebra a comienzos de noviembre y que fabricaba las etiquetas Shimy, Sancorito, Sublime, Flanes Caseros SanCor, Vida, Yogs y Primeros Sabores.
Desde la industria láctea, apuntan que el cierre de las empresas refleja el difícil momento que atraviesa el sector, golpeada por la caída del consumo interno, el aumento de los costos y la pérdida de competitividad, y una gestión ineficiente con irregularidades que denunció Atilra en el proceso.
