En Misiones piden que se declare la emergencia del sector yerbatero, mientras en Salta un productor abrió las puertas de su finca para regalar producción que no cosechó por los elevados costos y el bajo precio
Los escenarios de crisis regionales afectan a varias provincias, cuyas producciones atraviesan por escenarios adversos y no ven una mejoría, al menos, en el corto plazo. Entre las más afectadas se encuentran el tomate de Salta, la yerba mate de Misiones y la actividad forestal de Corrientes. En las últimas horas, el sector yerbatero solicitó al gobernador Hugo Passalacqua que declare la emergencia; mientras un productor salteño abrió las puertas de su finca para regalar los tomates que no se cosecharon. “El principal factor de que estas economías están en rojo es que siguen viendo dañado el componente negocio de su actividad, ya que los precios, en muchos casos han bajado o se atrasaron significativamente respecto a la inflación y a la suba de sus costos”, advirtió la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Cooperativa Limitada (CONINAGRO), en un informe.
Fernando Ortiz, un productor salteño de hortalizas, advirtió que un combo de situaciones afectaron la campaña 2025: precios que no cubren los costos, el contrabando desde Bolivia, la caída del consumo interno y una brecha enorme entre lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor en góndola. Explicó que producir un cajón de tomate de 20 a 22 kilos demanda entre $11.000 y $13.000. “Hoy cuesta más la caja de madera que la fruta que va adentro. Es más caro el collar que el perro. Y el esfuerzo se diluye en la cadena comercial porque un kilo de tomate en góndola se vende prácticamente al mismo precio que nos pagan a nosotros por 20 kilos”, contó en una entrevista en Radio Salta.
Este productor señaló también que desde Bolivia ingresan hortalizas y huevos a bajo costo pero como contrabando. “La gente compra porque le conviene pero es un gran daño para el sector”, dijo. Hizo hincapié en que otro factor que afecta es la falta de poder adquisitivo. “La gente no tiene dinero en el bolsillo y le cuesta comprar. Esa es otra parte del problema porque cuando los precios bajan tampoco aumentan las ventas de manera significativa”, agregó.
Frente al desplome de la actividad y para evitar que las producciones se pierdan en los campos, Ortiz informó que algunos empresarios han decidido regalar la verdura. “En Finca La Trinidad trabajamos a portón abierto, es decir, que la gente de la zona pueda buscar tomates, papayas o berenjenas para consumo familiar. Pero no permitimos que vengan camiones a cargar gratis, porque eso perjudicaría a otros productores y verduleros”, explicó. Para finalizar, consultado sobre la campaña de este año, manifestó que ya está prácticamente cerrada y con la producción perdida”, admitió.
Crisis verde
Tras un fin de semana de deliberaciones, la Mesa Asesora Yerbatera pidió al gobernador de Misiones Hugo Passalacqua y al presidente de la Legislatura, Oscar Herrera Ahuad, que se declare la emergencia yerbatera en todo el territorio provincial, “para evitar la desaparición de miles de pequeños productores”.
“A partir de la desregulación de la actividad yerbatera por la vía del Decreto 70/23, de la Nación, con la pérdida de funciones del Instituto Nacional de la Yerba Mate y tras haber habido una cosecha récord en el 2024, se produjo una tremenda caída de los precios, golpeando la economía de más de 35.000 familias de productores y trabajadores rurales”, describieron los productores de la MAY y otros referentes agrarios, en las notas que ingresaron este lunes 25 a la Casa de Gobierno y a la Legislatura.
Para el sector, no solamente están afectados los productores, sino también numerosos secaderos de yerba mate. “Como una prueba de la crisis se observa la caída en los niveles de la actividad comercial en los municipios que dependen del movimiento que genera el sector yerbatero, fundamentalmente”, advirtió la MAY. Y alertó la organización que habiendo transcurrido ocho meses de la cosecha 2025 se observa que los precios no mejoraron, por lo que los productores se enfrentan a una segunda campaña de trabajo a pérdida.
Según CONINAGRO, la yerba mate, junto con arroz, papa, mandioca y hortalizas, encabezan los escenarios de crisis y por eso destacó a estas producciones con el color rojo, en el semáforo de las economías regionales que elabora la entidad. “El principal factor de que estas economías están en rojo es que siguen viendo dañado el componente negocio de su actividad, ya que los precios, en muchos casos han bajado o se atrasaron significativamente, respecto a la inflación y a la suba de sus costos”, se explicó.
“En su peor momento”
La crisis forestal afecta a Corrientes y Misiones y se profundizó en los últimos meses, tras el documento de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (Apicofom), en el que señaló que “mientras los países más desarrollados protegen sus mercados y su producción, Argentina -por el contrario- sostiene una paridad cambiaria que favorece la importación de miles de productos a precios muy por debajo de los vigentes en fronteras adentro”.
Entre otras razones, es uno de los factores por los que la forestadora Tapebicua suspendió, desde la segunda semana de agosto y por 30 días, toda su producción y las actividades de sus 520 empleados, sin goce de sueldos. La firma, del grupo de Celulosa Argentina, posee un aserradero modelo en remanufactura y compensados, ubicado en Gobernador Virasoro, en Corrientes.
En forma paralela, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) formas formalizó hace dos semanas la creación de comité de crisis para articular una respuesta coordinada con las 28 cámaras empresarias que representan a la industria a nivel nacional, abarcando desde las provincias con mayor actividad forestal, como Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Chaco, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Formosa; hasta otras en donde hay una menor presencia pero son relevantes para las economía locales, como en Salta, Tucumán y Tierra del Fuego. De acuerdo al sector, su actividad se desarrolla a menos del 50% de su capacidad.
Ricardo García, miembro del Comité de Crisis de FAIMA, alertó sobre la profundidad de la emergencia. “No es fácil decirlo pero hay cierre de aserraderos. También empresas, como Tapebicua, que atraviesan un momento muy complicado con suspensiones y pagos de personal en cuotas. En el norte del país, algunos aserraderos han suspendido turnos o enfrentan serios problemas para sostener la actividad”, explicó en una entrevista con el medio especializado Argentina Forestal. La raíz del problema, según el directivo, es la compresión de los márgenes de ganancias: “Los precios de venta están muy bajos pero los costos no ceden. La materia prima, la energía, el gas, el combustible y los salarios han sufrido aumentos. Esto hace cuesta arriba mantener la industria funcionando sin margen de ganancia. Esta es la realidad con la que convivimos”.