El Congreso entró en receso tras una etapa adversa para el oficialismo

El Parlamento cerró su actividad ordinaria con un saldo negativo para La Libertad Avanza, que pasó de una módica ofensiva legislativa de 2024 a una estrategia defensiva en 2025. Con escasas leyes propias aprobadas y varias derrotas resonantes, el Gobierno enfrenta un escenario complejo de cara a la reanudación de sesiones y el calendario electoral

 

 

El Congreso entró formalmente en receso luego de un semestre verdaderamente magro para el Poder Ejecutivo, bien distinto a lo que había sido el primer año de gestión. No porque 2024 haya sido un tiempo muy productivo en materia de leyes, pero consiguió aprobar fundamentalmente la Ley de Bases, con la que puede haberse dado por hecho.

Tengamos en cuenta que para la administración Milei esa ley y el mega decreto 70/23 han sido las bases de su gestión. Y en el caso del DNU, que el mismo siga teniendo vigencia -en el Senado fue rechazado, pero Diputados nunca reunió una mayoría para tratarlo-, es un logro en sí mismo.

El primer semestre de 2025, en cambio, el oficialismo y sus aliados hicieron una tarea de bloqueo defensivo, no obstante lo cual sufrió varias sonoras derrotas. Y mostró una considerable sequía en materia de leyes, ya que en el período ordinario todo lo aprobado fueron propuestas de la oposición que el Gobierno rechaza. Lo único que impulsó el Gobierno y consiguió aprobar fue en las extraordinarias de febrero: juicio en ausencia; reincidencia y reiterancia; la Ley Antimafia y la suspensión de las PASO por este año.

Y de todo lo votado y aprobado, lo que más celebró el Gobierno este año no fue una ley sino un decreto, el que dio luz verde al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Que debió haber sido por ley, tal cual lo dispuesto por el Congreso durante la gestión anterior, pero el reclamo quedó en la nada. Y alcanzó con que una sola de las cámaras (Diputados) lo aprobara.

 

Un período ordinario difícil para LLA

Eso sucedió en la sesión del 19 de marzo. En el resto de las reuniones que hubo durante el período ordinario en Diputados, el oficialismo se dedicó a defenderse y tratar de evitar que la oposición le infringiese derrotas. A veces lo logró, otras no.

En la sesión del 12 de marzo, la oposición consiguió emplazar a las comisiones a reunirse para analizar la creación de una comisión investigadora para el caso $LIBRA, como así también aprobó la emergencia en Bahía Blanca.

El 8 de abril se aprobó la creación de la Comisión $LIBRA y las interpelaciones. También salieron los emplazamientos para el aumento de los haberes jubilatorios, la prórroga de la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad.

Hubo dos sesiones que tuvieron como protagonista a Guillermo Francos: la del informe al Cuerpo como jefe de Gabinete y dos semanas después la interpelación por $LIBRA; y una reunión para homenajear a la memoria del papa Francisco.

El 4 de junio Diputados dio media sanción a los proyectos previsionales y la emergencia en discapacidad, y el 2 de julio pasado salieron los emplazamientos para financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.

En el Senado hubo menos sesiones, pero las derrotas oficiales más contundentes. En el período ordinario, el 3 de abril los senadores rechazaron los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema de Justicia. Y en la sesión del 7 de mayo fue rechazado el proyecto de ficha limpia. En este último caso, no hubo mayor preocupación de parte del Gobierno…

Entre ambas, el 24 de abril hubo un homenaje al papa Francisco.

Y tras una sesión informativa del jefe de Gabinete, llegó el 10 de julio en el que el oficialismo sufrió seis derrotas consecutivas, con la aprobación de tres leyes que el presidente promete vetar, más las medias sanciones de los dos proyectos de los gobernadores, y el rechazo al veto por la emergencia en Bahía Blanca.

 

Lo que viene

Se entiende así que el oficialismo haya recibido con alivio la llegada del receso invernal. Que no necesariamente significa que no pueda haber actividad en las cámaras, pero eso es excepcional. De hecho, Unión por la Patria se ilusionaba con la posibilidad de llamar a una sesión el 30 de julio, aunque previsiblemente esa posibilidad fue al final dejada de lado.

La idea de la oposición es convocar para tratar financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, una sesión corta en la primera o la segunda semana de agosto. Si es la primera, mejor, aunque el Gobierno reservaría el miércoles 6 para una nueva presentación del jefe de Gabinete. Eso no sería impedimento para que la oposición intente sesionar el día anterior o el posterior, pero lo más probable es que en ese caso la eventual sesión quede para la semana siguiente.

Cuando se haga, la idea es que en lo posible no abarque otros temas, salvo emplazamientos. También querrán avanzar contra algunos de los decretos. Un legislador opositor reconoció ante este medio que el Gobierno contaba con facultades delegadas que le fueron votadas, por lo que no deberían rechazar todo, aunque sí irán contra los casos más emblemáticos.

Hay una preocupación especial por el tema Vialidad y la reforma en el INTA, por citar dos casos que han generado una profusa cantidad de proyectos.

No sumarían en cambio cuestiones capaces de generar resistencias en el seno opositor, como juicio por jurados y la regulación de los decretos de necesidad y urgencia, temas que habían sido sumados a la sesión del 4 de junio que terminó cayéndose.

Justo cuando se reanude la actividad, el presidente estará vetando la totalidad de las leyes previsionales y la Emergencia en Discapacidad, por lo que Diputados intentará a partir de entonces lograr lo que no ha sucedido nunca desde el 83: rechazarle un veto a un presidente.

El Gobierno tiene tiempo para ir en busca de los votos que le aseguren al menos el tercio necesario para mantener esos vetos y los que vendrán, cuando avancen el proyecto universitario y el referido al Garrahan. No será fácil. Ruega mientras tanto para que el clima electoral y el cierre de listas para octubre -17 de agosto- le jueguen a favor.

El oficialismo tendrá que hacer en lo que resta del año lo que Miguel Pichetto define como “una tarea defensiva, de resistencia”, a la espera al menos de que con un resultado electoral positivo, la oposición modere su presión. Pero falta tanto hasta octubre…

Esa tarea defensiva es la que ha llevado al oficialismo a tratar de mantener cerrados los recintos este año. Aun al costo de resignar leyes que impulsaba, como la única que pidió aprobar el presidente el 1° de marzo pasado: la reforma del Régimen Penal Juvenil, que el oficialismo dictaminó en las comisiones, pero que nunca llevó al recinto, a sabiendas de que en cada sesión se expone al menos a emplazamientos.

O al nombramiento de auditores, como intentó hacer Unión por la Patria en conjunto con Encuentro Federal hace algunos meses, cosa que llevó al oficialismo a extremar su capacidad de bloqueo. Al menos en este caso, la estrategia le dio resultado al oficialismo.

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