El último gesto: donó sus últimos 200.000 euros para ayudar a jóvenes presos

Antes de morir, el Papa realizó una donación personal a una fábrica de pasta en una cárcel juvenil de Roma. Según el obispo encargado de los asuntos caritativos, ese dinero representaba “sus últimas posesiones”

 

 

En los últimos días de su vida, el Papa Francisco dejó un mensaje contundente de solidaridad. Según confirmó el obispo Benoni Ambarus, responsable de la pastoral carcelaria y de los asuntos caritativos en Roma, el Pontífice realizó una donación de 200.000 euros provenientes de su cuenta personal. Fue, en palabras del propio obispo, “todo lo que le quedaba”.

El destino de la donación fue una fábrica de pasta ubicada dentro del centro penitenciario para menores Casal del Marmo, en la capital italiana. El proyecto buscaba cubrir una hipoteca considerable con el objetivo de bajar los precios del producto, aumentar las ventas y poder contratar a más jóvenes detenidos.

“Casi me quedo sin dinero, pero aún tengo algo en mi cuenta”, fue la respuesta que dio Francisco al enterarse de la necesidad del emprendimiento, según relató Ambarus.

Este último acto refleja una constante en el pontificado de Jorge Mario Bergoglio: la defensa de los más vulnerables, en particular, de las personas privadas de libertad. A lo largo de sus más de doce años como Papa, visitó reiteradamente cárceles, pidió respeto por la dignidad de los presos y realizó gestos significativos para visibilizar su situación.

Uno de esos gestos tuvo lugar apenas cuatro días antes de su muerte, cuando visitó la prisión de Regina Coeli en Roma durante el Jueves Santo. Allí, una vez más, alzó la voz por los detenidos. Otro momento simbólico fue la apertura de una de las puertas santas del Jubileo en la cárcel de Rebibbia, en diciembre pasado, una decisión sin precedentes que reafirmó su compromiso con la inclusión de quienes están tras las rejas.

Related posts